Quisiera felicitar al señor Arrabal
Por su histérico escrito anticomunista del día 2. Señor Fernando: la cuestión no está en que los mismos terroristas estimen en sus acciones la aplicación correcta de su ideología; hay que ver si coinciden con ella. Esos mismos fascistas que usted «critica» -según creo, para despistar- comparten grandemente su Dios; ese Dios que ha servido y sirve para oprimir, matar, «ser buenos», etcétera.Por todo su escrito no parece que conozca bien las causas de los acontecimientos mundiales -o se lo calla-, y mucho menos el marxismo, que ha debido aprender en libros franquistas: ¡horror, han creado la lucha de clases! «Amemos a nuestros opresores», «Me quieren quitar el alma y cercenar el cuerpo». Bueno, no sufra: así llegará antes a la gloria.
¡Cuánto sabe el demonio rojo que ordena y mata a los siervos antisoviéticos del PCE, hasta los gobernantes de UCD le apoyan con su silencio y, ¿por qué no, Washington y Pekín? En Camhoya, en Cuba, en la URSS.... qué grande es el infierno! ¡Qué de cuentos románticos ha aprendido por ... ! Perdón, olvidaba que todo es dominio rojo.
No los critique tanto: es voluntad de Dios que haya posibilidad de haber hombres malos.
Me hubiera gustado escribir folios y folios respondiendo cada fragmento, pero soy consciente de que «nuestros» periódicos no tienen mucho espacio.
Quizá haya conseguido su oculto propósito: dar argumentos a los promotores de la carrera de armamentos y de la OTAN, aunque sus argumentos son las mismas viejas historias franquistas. Ah, gracias por rezar por todos nosotros.
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