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Reportaje:

El Salamanca convierte cada año plomo en oro

Hace ocho años, el Salamanca era un equipo de Tercera, que nunca en su historia había jugado en Primera. Hoy se ha asentado en esta categoría, tiene cuatro positivos y está más fuerte que nunca, a pesar de que en los últimos cinco años ha traspasado jugadores por valor superior a los 150 millones. Su capacidad para comprar jugadores baratos y venderlos caros raya en lo inaudito. Es como si poseyera la piedra filosofal, que transforma el plomo en oro.

El Salamanca había sido siempre un equipo de Segunda y Tercera División -más esto último-, como correspondía a sus posibilidades económicas. En la temporada 1972-1973 comenzó su despegue con un ascenso a Segunda; en esta categoría sólo estuvo un año, en el que consiguió el ascenso a Primera. Desde la 1974-1975 milita entre los grandes. Su economía no le permite martenerse en Primera, y equilibra sus presupuestos traspasando. En los últimos cinco años ha vendido jugadores por valor de 150 millones, y eso le ha servido para ir tirando. Pero lo más curioso es que no se encuentra sus estrellas por casualidad ni surgen de su propia cantera. En su mayoría son jugadores fichados por muy poco dinero u hombres que, desechados por sus clubs de origen, estaban en libertad cuando los contrató el Salamanca. Juegan en el club charro unas cuantas temporadas y al cabo de ellas se convierten en hombres cotizados por los que el club obtiene un sustancioso traspaso.El primer gran golpe lo dio el Salamanca con la pareja Robi-Sánchez Barrios. Ambos fueron cedidos por el Madrid cuando el equipo charro aún estaba en Tercera. Pero el Madrid tuvo en aquella ocasión un error burocrático -uno de los pocos que comete el Madrid-: los cedió cuando aún tenían ficha de aficionados. Ambos jugadores suscribieron su primera ficha profesional en el Salamanca, lo que, según Ios reglamentos, daba la propiedad a este club. El Madrid intentó hacer valer sus derechos, pero no lo consiguió. Al final renunció a Robi y repescó a Sánchez Barrios, a cambio de cuatro millones y de entregar al Salamanca en propiedad a tres jugadores que hasta entonces figuraban como cedidos: Lanchas, Chaves y Rial. Robi jugó con éxito cinco temporadas en el Salamanca, contribuyó al paso de Tercera a Segunda, y finalmente fue vendido al Atlético por veintidós millones. Lanchas fue titular cuatro años, mereció alguna llamada de Kubala y fue

traspasado al Español por veinticinco. Rial jugó aceptablemente cinco años y fue traspasado finalmente al Rayo por cuatro. Chaves concluyó su carrera en el Salamanca con mediano éxito. En total, el Salamanca obtuvo, a cambio de nada, tres temporadas de Sánchez Barrios, cuatro de Lanchas, cinco de Robi, Rial y Chaves y 55 millones.

Los extranjeros

A la hora de fichar extranjeros, el Salamanca ha tenido sonoros aciertos. A principios de la temporada 1974-1975 -la primera que jugaba en Primera División- incorporó, por 750.000 pesetas, al meta suplente del San Lorenzo de Almagro, y por dos millones, al defensa central de este equipo. Aquel meta suplente no era otro que D'Alessandro, que hace ya muchísimo tiempo que amortizó su precio; el central Rezza jugó cuatro años en el Salamanca con impecable rendimiento y fue vendido al Gijón, a principios de la temporada 1978-1979, por veintitrés millones.Dos temporadas después de flchar a estos dos argentinos, y cuando ya los había podido nacionalizar españoles, fichó a otro extranjero: un portugués llamado Alves, formado en la cantera del Benfica, desestimado por el gran club lisboeta e integrante entonces del Boavista, de Oporto. Vino por doce millones, jugó como gran estrella no sólo del Salamanca, sino del fútbol español, durante dos años y fue traspasado al término de ellos al Benfica por veintitrés millones. El Salamanca fue listo: cumplida su tercera temporada, Alves hubiera quedado en libertad. Lo perdió un año antes, pero obtuvo un jugoso traspaso.

Más aciertos

La lista de aciertos es mucho más amplia. Algunos son incluso más espectaculares que los señalados hasta ahora. Por ejemplo, el caso de Juanjo, un central barbudo formado en el Atlético Madrileño, y por quien el Atlético de Madrid perdió interés, pues sus técnicos pensaron que nunca cuajaría en un jugador interesante. Llegó al Salamanca con la carta de libertad, jugó dos años a la sombra de Rezza, lo hizo muy bien, fue convocado por Kubala y, finalmente, vendido al Barcelona por veinticinco millones. Hace cuatro temporadas, los charros compraron por tres millones a Juanito, un extremo que había despuntado en el Tenerife, pero después había fracasado en el Barcelona y en el Hércules. Desde tonces es un jugador de gran rendimiento. El hoy madridista Angel fue comprado al Español, que lo tenía cedido en el Jaén, en la temporada 1977-1978, por cuatro millones, y vendido dos años después, al Madrid por veintidós. Tomé, fracasado en el Barcelona, fue comprado hace cuatro años por diez millones, y se ha convertido en pilar del equipo; también rindieron bien otras adquisiciones más modestas de jugadores igualmente fracasados en el Barcelona: Corominas y Pérez. Del Barcelona obtuvo asimismo el Salamanca cesiones gratuitas de hombres que sólo han permanecido un año, pero que le han rendido al club servicios importantes, como Albaladejo y, sobre todo, Amarillo. Muy pocas veces ha perdido el Salamanca cuando ha invertido dinero en una compra.Fiel a su norma, el Salamanca ha comprado este año a un jugador que parecía acabado: Diarte. Su impresionante juego en el Zaragoza dio paso a una decepcionante actuación en el Valencia. El Salamanca ha hecho el fichaje más caro de su historia -veintidós millones-, pero a su llegada al club el jugador ha resurgido, y recuerda otra vez al fuera de serie que jugó en el Zaragoza. Junto a ellos ha incorporado, cedidos a cambio de nada, a Corchado, del Atlético Madrileño, y Escribano, del Madrid. Corchado es ahora mismo uno de los mejores elementos del Salamanca, y una de las revelaciones de la temporada. Escribano, un «cerebro» semidesahuciado tras dos operaciones gravísimas, rinde excelentes servicios en el centro del campo. Otro acierto ha sido la compra de un tal Adam, que perteneció al Madrid; jugó en el Castilla y finalmente marchó al Onteniente, de donde el Salamanca lo ha comprado por medio millón. Con los charros demuestra que es jugador útil para la Primera División.

El secreto, la necesidad

¿Cuál es el secreto de tantos aciertos? Según el gerente del Salamanca, la necesidad: «Es difícil mantener en Primera a un equipo en una ciudad tan pequeña. Nosotros tenemos 13.000 socios, que ya es una enormidad, porque es el 10% de la población de esta capital. ¿Se figura usted que el 10% de los madrileños fueran socios del Madrid? Esos socios nos dan alaño 92 millones. De las taquillas sacamos ni treinta millones. Por televisión y publicidad tel sada hubiéramos podido ingresar casi catorce millones más, pero eso nos queda. Con esto no se puede mantener un presupuesto de Primera. Cada año hay que traspasar. Hay que comprar barato, perar a que haya suerte y traspasar.

El milagro es que siempre ha suerte. En los últimos cinco años, Salamanca ha traspasado por valor de 150 millones y ha fichado por cuarta parte de ese valor. «Hay que seguir así. Yo siempre digo que tener un equipo en Primera aquí es un lujo, que es como si tuviera un Galerías Preciados. Lo normal es que se hundiera, porque ni en la ciudad ni en la provincia hay gente para sostenerlo. La razón del éxito es la necesidad. Hay que buscarlas como sea. Si nosotros tuviésemos cien millones para un fichaje como el Madrid o el Barcelona iríamos a buscar nuestro extranjero al Borussia, como hacen ellos pero, como no tenemos más que diez millones, y eso apretando mucho lo buscamos en el Boavista o donde sea.»

Equipo de amiguetes

Lo que ya tiene más difícil explicación es que en muchos casos Salamanca haya levantado a jugadores desahuciados. Incluso algunos de ellos, una vez salidos del Salamanca, vuelven a hundirse, como ocurrió con Juanjo: «Mire, en este club hay un gran ambiente, porque hay modestia y amistad. Este es un equipo de amiguetes y los jugadores encuentran un ambiente tranquilo y relajado, que permite jugar a gusto y bien. Eso no lo tienen en todos los clubs. Ahípuede estar el secreto. Aparte de eso, nuestros técnicos aciertan casi siempre. Tanto Muñoz, que es el secretario técnico, como García Traid, que fue el entrenador de dos ascensos y de las cuatro primeras temporadas en Primera, como Mesones, que lo es ahora, o como cualquier técnico del club en estos años, casi siempre aciertan. Y la gestión de los presidentes siemore ha sido buena. »

Ya es bastante milagro. El Salamanca se prepara esta temporada para mantenerse. De momento, D'Alessandro, Tomé, Corcha Escribano, Diarte y demás, tienen al equipo en el tercer puesto de la tabla, con cuatro positivos. Para el Salamanca, lo vital, no obstante, no es sólo mantenerse: es mantenerse al tiempo que traspasa

por valor de veinte o treinta millones. Sin duda, tendrá compradores otra vez. Ahí están nombres como Teixidó, Félix, Pepe o Balbino.

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