Dificultades de Renta Catalana para hacer frente a sus compromisos

La sociedad de inversión inmobiliaria Renta Catalana atraviesa por una delicada situación de crisis, que ha motivado la suspensión del pago de los intereses de los cuentapartícipes, a los cuales, hace semanas, se convirtió en accionistas por decisión del consejo de administración de la sociedad. Las previsiones inmediatas serían de práctica liquidación de la empresa, lo cual afectaría a muchos cientos de pequeños inversores.

El esquema de la empresa era comparable al de la famosa Sofico. La sociedad posee un escaso capital -seis millones de pesetas- y un importante número de cuentapartícipes, en general muy pequeños ahorradores. El capital captado en cuentas de participación sería de unos 1.500 millones, repartido entre posiblemente más de un millar de inversores. Son estos inversores quienes ahora intentan constituir una asociación para defender sus intereses, ante el derrotero que sigue la sociedad en la que habían colocado sus ahorros.

Mediante la constitución de numerosas sociedades filiales, Renta Catalana construyó gran número de edificios, en particular en Barcelona. La disminución de la demanda de pisos representó el inicio de la actual crisis. Para evitar el pago de los intereses a los cuentapartícipes, el consejo de administración decidió, aplicando una de las cláusulas del contrato firmado por los inversores, convertir a éstos en accionistas. Ahora, jurídicamente, la sociedad no está obligada a pagar el equivalente a lo que fueron los intereses; es decir, dividendos. La sociedad tampoco llevó a cabo reintegros parciales de las inversiones, argumentando falta de liquidez.

Cientos de pequeños inversores argumentan ahora desconocer detalladamente el contenido del contrato, en base al cual desaparece la posibilidad de que cobren intereses y de que se les reintegre la inversión.

Situación delicada

Fuentes jurídicas relacionadas directamente con la empresa señalaron a este diario que «se atraviesa por una situación delicada», pero que «se está negociando para hallar una solución». Otras fuentes indicaron que sería preciso la intervención de algún banco para, con esta ayuda, proceder a la liquidación de un amplio patrimonio inmobiliario. Las fuentes indicaron que existían contactos en este sentido con Nuevo Banco.El presidente de Renta Catalana es Félix Millet Tusell, quien está afectado por una serie de créditos y riesgos bancarios personales acumulados, que totalizarían unos 260 millones de pesetas. El principal acreedor del señor Millet es el Banco de Crédito e Inversiones, situado de pleno en la órbita de Banca Catalana. Un hermano de Félix Millet, Joan Millet, es consejero de Banca Catalana, y otro hermano, Xavier Millet, era consejero del Banco de Crédito e Inversiones hasta que cesó en el cargo, al pasar a ser aspirante a la alcaldía de Barcelona, en la lista del partido Convergencia Democrática de Cataluña, en las pasadas elecciones municipales. Por otro lado, hace semanas presentó suspensión de pagos la financiera Findosa, de la que también era cabeza visible Félix Millet. Hasta hace unos meses, en que presentó su dimisión, era consejero de Renta Catalana Joaquín Molins, actual secretario general de Unión de Centro de Cataluña, grupo político en vías de fusión con la UCD de Cataluña.