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Tensiones entre Fraga y un sector de la ejecutiva de Alianza Popular

Manuel Fraga, líder de Alianza Popular y ex secretario general del partido, se muestra reacio a las orientaciones de una buena parte de la actual ejecutiva, de cara al congreso nacional que tendrá lugar en diciembre, y en el que se propondrá abandonar las referencias al centrismo y una mayor democratización interna.

Aunque las posturas ya son divergentes (véase EL PAIS de 24 de octubre) «hay que dialogar y hay que hablar; aquí no se ha roto nada todavía», aseguraron ayer a EL PAIS fuentes próximas a la ejecutiva del partido. Un dirigente de AP reconoció que entre los militantes más activos «todo esto crea un enorme malestar».El posible enfrentamiento entre el señor Fraga y los actuales dirigentes de AP -Félix Pastor, Carlos Argos, Bebé Barroso, Guillermo Piera, fundamentalmente- proviene, según fuentes del partido, de que un grupo amplio de la ejecutiva pretende borrar el giro centrista que se quiso dar a Coalición Democrática (CD) en las últimas elecciones y que condujo a un resonante fracaso electoral.

Por otra parte, se afirma que para Fraga la cuestión tiene matices muy personalistas y nace de «una auténtica obsesión por Suárez y el orden público». Estos mismos sectores observan con preocupación la imagen cada vez más escorada a la derecha que ofrece el líder de AP, al tiempo que éste mantiene públicamente su definición centrista.

El segundo tema de fricción arranca del intento de democratizar el partido. Esta expresión, frecuente estos días entre dirigentes de AP y que se ha translucido en notas oficiales de la ejecutiva, esconde, sin embargo, la más inmediata realidad interna, que se centra, en este caso, en un mal disimulado descontento por lo que entienden como gestión excesivamente personalista del señor Fraga. Gestión que -siempre según este sector- ha acarreado serios reveses al grupo, y citan, por ejemplo, la coalición electoral con Osorio y Areilza y la inclusión en las listas electorales de nombres que ahora están ocasionando graves disgustos a las bases de AP. La firma por parte de Antonio Senillosa -hombre de Areilza- del documento proabortista ha levantado ronchas dentro de AP, y la indignación parece que ha rebasado todo lo previsible. Ayer mismo, la ejecutiva hizo pública una nota en la que se muestra tajantemente antiabortista y refrenda la postura que mantuvo el señor Fraga sobre el tema.

Las fuentes consultadas se muestran muy reacias a comentar en qué punto exacto se encuentran las discrepancias entre el líder indiscutible de AP y un sector importante de la ejecutiva. «Nuestra dialéctica», dijeron, «no es Fraga o nosotros; nosotros no olvidamos lo que significa un líder, pero también decimos que es necesario escuchar a las bases, y creemos firmemente en una auténtica democracia interna.»

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