Duros juicios del "sector crítico" sobre el Partido de los Socialistas de Cataluña

La coordinadora de Cataluña del sector crítico del PSC-PSOE redactó un documento titulado Manifiesto de la izquierda del Partido de los Socialistas de Cataluña en el que se formulan varias críticas al propio partido y se propugna la realización de un congreso extraordinario del PSC-PSOE antes de la convocatoria de las elecciones al Parlamento catalán. El escrito fue facilitado por una fuente directa a este diario.

Los firmantes son Josep Font, miembro de la ejecutiva del PSC-PSOE, donde ocupa la secretaría de formación; Manuel Pichardo, miembro del consejo nacional del PSC-PSOE; el economista Fernando Balcells, dirigente de UGT, y el psiquiatra Eduardo Rallo.El documento critica el proceso de unificación del PSC (Congrés) y la Federación Socialista Catalana del PSOE. Es de indicar que el sector crítico está formado mayoritariamente por antiguos miembros de la disuelta federación del PSOE. «Hemos de ser conscientes», afirma el escrito, «que el proceso unitario de los socialistas de Cataluña sufre una crisis tanto por lo que se refiere a la práctica como a la teoría.» A lo que agrega: «Vivimos a diario la existencia de una ligazón afectiva, y en muchos casos práctica, son los colectivos políticos que se unificaron en 1978. A este respecto, no deja de ser sintomática la ausencia, todavía, de una declaración política clara, asumida por todos y fruto de un debate enriquecedor en las agrupaciones.

Como fruto de un proceso unificador llevado «en contra, algunas veces, del sentir mayoritario de las respectivas bases», el documento afirma que «se fomentaron fenómenos tan contrarios al socialismo como el clientismo (reparto de favores que crean una auténtica clientela política), los centros de poder en el interior del partido, el amiguismo y, sobre todo, el elitismo y la exaltación mítica de la capacitación técnica elevada a razón para el ejercicio del poder en el partido (capacitación que la mayor parte de las veces es y ha sido ilusoria)».

«En estas condiciones», manifiesta el documento, «la vida en las agrupaciones ha sido, y es, lánguida, cuando no inexistente. El desánimo ha invadido amplias zonas del partido. La pobreza ideológica deja a merced de otras organizaciones, incluso burguesas, a nuestros militantes y representantes públicos, obligados a mantener posturas que oscilan entre el temor y el sectarismo. En definitiva, se abandona la vía de un partido de masas por uno de cuadros, se cae en el pragmatismo más oportunista, desarmando ideológicamente a la clase trabajadora, se quiere hacer exclusivamente una política institucional (Generalitat y ayuntamientos), con abandono de la hegemonía en los movimientos populares y de la acción sindical, y, por último, se defienden primero las posturas nacionalistas y populistas de carácter burgués, olvidando la de los intereses de los trabajadores de Cataluña.»

Todo un apartado del documento hace referencia al reciente Congreso Extraordinario del PSOE, afirmándose al respecto que «como ya sucedió en el 28º Congreso, la visión facilitada a los compañeros en Cataluña ha sido parcial y superficial». Agregan que el último congreso representa que «algo ha cambiado en el partido»: la existencia de una candidatura de alternativa, la presencia de corrientes de opiníón en el seno del PSOE, la información, la formación y la participación activa y el hecho de que «se ha cerrado el paso o al menos se ha dificultado la realización de peligrosas alianzas estables con los partidos de la derecha».

La necesidad de un congreso extraordinario del PSC-PSOE, ahora solicitado por los críticos, coincide en los deseos del sector que encabeza el diputado Raimon Obiols. En cambio, los felipistas puros, que encabeza José M. Triginer, creen que es innecesario un congreso extraordinario.