La DC italiana se abre a los comunistas
El grupo centrista de la Democracia Cristiana, los «doroteos», que constituyen la facción más fuerte dentro del partido, han manifestado una gran apertura en lo que se refiere a la colaboración de la Democracia Cristiana con el Partido Comunista.El ministro de Industria, Franco Bisaglia, uno de los líderes más poderosos del partido, ha dicho sin demasiados rodeos que su partido debe aclarar lo que es posible hacer junto al Partido Comunista. Más aún, ha admitido por vez primera que si los comunistas se mostraran flexibles en la discusión actual sobre la OTAN y el problema del desarme, se podría empezar a pensar en una posibilidad de alternativa de poder en Italia.
Bisaglia ha dado también a entender, y lo había anticipado el otro líder del grupo «doroteo», Flaminio Piccoli, presidente del partido y uno de los mayores candidatos a la sustitución de Zaccagnini, que se podría empezar a hacer una prueba de Gobierno entre democristianos y comunistas en los municipios.
Al parecer, es el precio que este grupo estaría dispuesto a pagar si Enrico Berlinguer, secretario general del Partido Comunista italiano (PCI), aceptara apoyar de nuevo una mayoría parlamentaria.
En realidad se trata de posiciones cercanas a las propuestas por los seguidores de Benigno Zaccagnini -secretario general dimisionario-, que se presentan al congreso democristiano con la tesis de un acuerdo serio con el Partido Comunista. La sorpresa ha sido que el grupo del centro y el más numeroso del partido, que siempre se había opuesto a un diálogo real con los comunistas y que luchaba por la vuelta al centro-izquierda, se haya abierto de esta manera al PCI.
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