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Gran segundo tiempo del Atlético en Sevilla

Un excelente segundo tiempo, debido, sobre todo, a la gran conducción del equipo que desarrolló Bermejo, estuvo a punto de darle la victoria al Atlético ante un indolente Sevilla. En la primera parte, el debilitado Atlético de esta temporada había ofrecido una pobre imagen y el partido parecía definido. En la segunda parte, Luis sentó las bases de un nuevo equipo con el que capear el temporal de esta difícil temporada.Comenzó el Atlético echándose atrás, cediendo metros. En el Sevilla, Bertoni circulaba por la media punta, intentando sus diabluras, Montero salía del centro del ataque para abrir posibles huecos a la entrada de Juan Carlos y Varela, Scotta deambulaban en busca de algún balón suelto al que asestar su terrorífico punterazo.

En el minuto veintidós, Bertoni recoge el balón, encara a Capón, le quiebra y le saca rápidamente cuatro o cinco metros; cuando entra unos pasos en el área ralentiza y espera la llegada del defensa, provoca su entrada y acelera cuando ésta se produce. Penalti. El disparo homicida de Scotta dobla las manos de Aguinaga. A partir del gol el Atlético intenta salir hacia arriba; Javi se adueña de Varela y apoya bien en la banda derecha a Marcos; Leal dirige las operaciones, sabe dónde buscar y dónde prestar apoyo; Guzmán aporta su voluntariosa torpeza; Quique, como extremo izquierdo retrasado, no recuerda en nada a Lapetra, y no consigue ser útil. Rubén Cano se desmarca, corre de aquí para allá, pero no le llegan balones.

En la segunda parte, de salida, Bermejo sustituye en la posición de falso extremo a Quique, y Varela deja el puesto a López. El panorama mejora algo para el Atlético, pero lo hace aún más cuando Luis se decide a jugársela al ataque y sienta a Guzmán para sacar a Rubio. Con tres delanteros en línea -Marcos, Rubén Cano y Rubio-, Leal en la media punta y Bermejo de mandamás en el centro del terreno, el Atlético se convierte de repente en un gran equipo. El Sevilla se atonta, recula, desaparece Bertoni y Scotta se quedan arriba esperando pases largos, que siempre van mal dirigidos.

Manda el Atlético ya completamente, y más según pasan los minutos. Gallego, líbero, está un poco falto de agilidad, pero bien de colocación, y puede defender a Paco. Pero en el minuto 68, un pase de Marcos se lo lleva Bermejo, aguanta a su marcador López y quiebra el cruce del veterano capitán sevillista, para desviar después sobre la salida de Paco. El Atlético tiene entonces el acierto de no conformarse. Es más equipo, tiene que ganar -ha de apurar los puntos en esta temporada, que se presenta de vacas flacas- y sigue empujando. Bermejo termina dando un recital de buen juego en la media -es extraño que no se le olvide jugar dadas las pocas oportunidades que le dan de hacerlo-, y el tono de los demás se mantiene o incluso se eleva. El Sevilla apenas puede replicar en el saque de algún libre. De nada sirve que Muñoz saque a Joaquín por Montero. A dos minutos del final, una jugada Marcos-Bermejo termina en remache corto de Paco, para que Rubén Cano remache.

El partido ya estaba ganado, pero con el Atlético nunca se sabe, porque está en contra de toda lógica. En el último minuto, un pase cruzado de Bertoni, un zambombazo en semipifia de Scotta, y Juan Carlos, que andaba por allí, empata sin querer. Se le fue, un punto al Atlético, pero al menos Luis sentó las bases de un nuevo equipo.

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