El documento episcopal sobre disolución del matrimonio se publicará en noviembre
La Comisión Permanente del episcopado español ha respaldado el enfoque y proyecto del documento que la comisión episcopal de doctrina de la fe ha preparado sobre el divorcio, documento que tiene entre seis y ocho folios y que será presentado para su publicación al pleno que la Conferencia Episcopal celebrará en noviembre. Los mismos de la Comisión Permanente han aportado sugerencias sobre tres puntos: esclarecer a la conciencia cristiana la doctrina católica sobre la indisolubilidad y la estabilidad del matrimonio; analizar las responsabilidades éticas del legislador y del ciudadano ante los posibles proyectos de una ley de divorcio, y estudiar las implicaciones pastorales que puede plantear a la comunidad cristiana una situación divorcista.Monseñor Montero, presidente de la Comisión de Medios de Comunicación Social, afirmó que el borrador trata el divorcio como un tema muy estabilizado en cuanto a la doctrina, pero cuya redacción puede sufrir variantes acusadas, y dijo que el texto «contiene la posición de los obispos y se ilumina con documentos anteriores». La necesidad de «analizar las responsabilidades éticas del legislador» la justificó el portavoz de los obispos por tratarse de una «materia que compromete valores fundamentales del hombre y de la familia, donde el Evangelio y el mundo de la fe tienen algo que ver». A la pregunta de si este matiz de las responsabilidades éticas del legislador podía ir dirigido al sector tecnócrata del partido del Gobierno, que está mostrando su oposición militante a la futura ley de divorcio, monseñor Montero respondió que «las responsabilidades éticas se les plantean a todos, aunque las respuestas pueden ser distintas».
El presidente de la Comisión de Medios de Comunicación Social no quiso responder a la pregunta sobre un paréntesis en la beligerancia de la Iglesia sobre el tema del divorcio, para cargar las tintas en temas como la enseñanza. «La Iglesia», dijo, «es coherente con su doctrina. Hablar de lucha o batalla no es el estilo de la Conferencia Episcopal; ni antes ha habido batalla ni ahora va a haber paréntesis, ni después va a haber nada.» Tampoco quiso hablar de si a la Iglesia le gustaría que Unión de Centro Democrático dejara libertad de voto a sus diputados en el tema del divorcio, como ha pedido, entre otros, el ministro de Administración Territorial, Antonio Fontán: «No me pronuncio», afirmó monseñor Montero, «porque no puedo entrar en un tema que es del Parlamento.»
El portavoz de la Comisión Permanente del episcopado dijo que ignoraba que hubiera habido contactos entre la Iglesia y el Gobierno para consultar el proyecto de ley de divorcio con la jerarquía eclesiástica. Sobre este punto, la agencia Efe informó que a lo largo de la reunión episcopal se le planteó al presidente, cardenal Tarancón, que aclarara cuáles eran las dignidades eclesiásticas que habían sido consultadas, según medios políticos. El cardenal dijo que los medios de comunicación habían desorbitado el tema; que seguramente no se trataba de un obispo y que, desde luego, no había actuado con delegación de la Conferencia.
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