_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Estética arbitral

En España, un manco puede escribir El Quijote, pero nunca hubiera podido ser árbitro. En ciertos círculos los defectos físicos han invalidado para alcanzar puestos de decisión. La buena imagen se ha fijado siempre en la supuesta estética de las proporciones y la vis impactante.Los árbitros catalanes -sus dirigentes- nos han salido esteticistas y le han prohibido a un buen aficionado de Sant Boi su examen final para dirigir encuentros de categoría regional, que son el primer paso para acudir posteriormente a los grandes estadios.

Los dirigentes del arbitraje catalán no se han basado en aquello tan tradicional de que lo más importante es tener buena mano izquierda.

El vocacional manco de Sant Boi, a la vista de los modos que imperan en el fútbol actual, precisamente, porque le falta un brazo, es persona idónea para el menester arbitral. Aunque quisiera, no podría hacerle al público ese corte de manga que promociona Rubén Cano y que va a ser la moda de los próximos tiempos.

Un brazo es suficiente para manejar el silbato y señalar los libres indirectos. Un brazo le bastó a manco Castro para ser campeón del mundo en la delantera de Uruguay en 1930. A los árbitros catalanes -a sus dirigentes- les ahoga la estética.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_