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El Ayuntamiento de Navacerrada cede terrenos municipales para la construcción de un casino

El pueblo de Navacerrada -mil habitantes fijos, más de 10.000 en verano- aparece desde la pasada semana dividido por culpa de un acuerdo municipal, consistente en la cesión de 60.000 metros, cuadrados de monte público a la empresa Plaza Mayor, SA, con el fin de que inicie los trámites necesarios para edificar un casino de juego.El tema se planteó en el pleno municipal celebrado el pasado día 6, con la única ausencia del, alcalde. Siete de los ocho corporativos presentes (tres independientes escindidos de UCD), tres independientes próximos a Fuerza Nueva y uno de UCD se pronunciaron a favor, sin que plantearan, prácticamente, objeción alguna. Sólo el concejal del PSOE votó en contra, por entender que el tema debía ser sometido a debate público, máxime teniendo en cuenta que la posible construcción del casino iba a llevarse a cabo sobre terrenos públicos.

La solicitud del citado casino iba firmada por el señor Peñalva, en su calidad de presidente de la empresa Plaza Mayor, SA, constituida con este fin. En la carta remitida al Ayuntamiento, esta entidad mercantil pedía el visto bueno al proyecto y la cesión de terrenos municipales, como paso previo a la realización de otros trámites en el Ministerio, del Interior.

La cesión de terrenos se haría, en principio, a cambio de una participación del propio Ayuntamiento en la sociedad. Aunque la autorización de un casino en Navacerrada no parece sencilla, lo cierto es que los responsables de este nuevo proyecto incluso han realizado una maqueta del edificio, que en el caso de llevarse a término se asentaría a la entrada del pueblo, junto a la carretera, en una zona conocida como la dehesa de la golondrina.

Vecinos y veraneantes de Navacerrada se han movilizado ya contra el proyecto y han iniciado una campaña de información en el pueblo. Algunas fuerzas vivas han reaccionado, por su parte, con violencia frente a los opositores, llegando incluso a destrozar los disfraces. alusivos al casino que han vestido durante las fiestas varias jóvenes del pueblo.

La oposición se basa en dos cuestiones fundamentales: por un lado, en el hecho de que terrenos de dominio público, utilizados por los ganaderos de la zona, se destinen a casino; por otro, en que una entidad de este tipo apenas genera puestos de trabajo en el pueblo, ya que exige personal especializado que procede de otros lugares, y provoca a cambio unos elevados índices de especulación. Grupos ecologistas se han sumado a esta lucha contra el casino.

Fuentes consultadas estiman, de cualquier forma, que es prácticamente imposible que este proyecto pueda salir adelante. Por un lado está el litigio aún no resuelto del casino de Torrelodones, y por otro, se señala que una autorización de esta naturaleza exige, en cualquier caso, la convocatoria de un concurso por parte del Ministerio del Interior.

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