Dos
récords: uno, de un ex policía de Sri Lanka, Ananda Upali, de veinticuatro años, que batió el récord mundial de no dormir. Estuvo sin dormir durante catorce días y diecisiete horas. Superó a la británica Maureen Weston, que había estado sin dormir cuatro horas menos. El otro récord: Ronricco, un hipnotizador australiano, mantuvo durmiendo en Munich (República Federal de Alemania), durante doscientas horas, a una ama de casa. Hace un mes, un hipnotizador llamado Cally estableció la marca en 32 horas menos.Y ya que va de récords, otro más: esta vez una chavala bien despierta, de quince primaveras, quince, y de esa ciudad donde pasan siempre las novelas serie negra: Riverside, California. Cynthia Woodehead, que ha batido el suyo propio nadando en Tokio la Copa del Mundo de los doscientos metros libres. ¿Tiempo? 32 centésimas menos que su propia marca anterior.
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