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Entrevista:

Vujadin Boskov: "Por favor, no me comparen con Miljanic"

La temporada ha empezado bien para Vujadin Boskov, nuevo entrenador del Real Madrid. La suerte le ha sonreído y su nuevo equipo ha ganado los dos torneos veraniegos en que hasta ahora ha intervenido: el Milenario, de Bruselas, y el Teresa Herrera. Boskov, hombre inquieto y comunicativo, sólo pide una cosa más para ser plenamente feliz en estos principios de temporada: «Por favor, no me comparen con Miljanic.» Con él habló Alfredo Relaño.

El fichaje de Boskov por el Madrid no dejó de sorprender. Apareció en el fútbol español hace un año y pasó angustias con el Zaragoza para no descender. Los más «puestos» sabían de su anterior estancia en el Feyenoord, al que no consiguió devolver al primer plano continental. Su ejecutoria al frente de la selección yugoslava queda más lejos: «Sí, sé que alguna gente ha escrito que yo no tenía categóría para el Madrid. Sólo pido que me dejen trabajar y que después juzguen.» Su trayectoria profesional no es brillante, pero sí digna: jugó en la Vejvodina de Novi Sad desde el 1949 al 1961 y formó 58 veces en la selección yugoslava. Luego, aún jugaría año y medio en Italia y un tiempo igual en Suiza, donde compaginó la función de entrenar con su puesto en el equipo. Desde entonces entrenó diez temporadas a la Vojvodina, fue seleccionador yugoslavo del 1970 al 1973, entrenó dos años al Feyenoord, dos a La Haya y se presentó en España para hacerse cargo del Zaragoza: «Hay entrenadores con mejor ejecutoria, pero creo que ésta no es mala. Nadie puede decir que yo sea un novato ni un mal entrenador. Respecto a mi actuación en Zaragoza, puedo decir que hice cuanto se podía. La plantilla no daba para más.»

Miljanic

Boskov habla un correcto italiano con ligeras incrustaciones de español; en cualquier caso, su amalgama es perfectamente inteligible. Tanto esto como su tono de voz recuerda a Miljanic. También hay cierto parecido en el rostro. También Miljanic es yugoslavo y también él había sido seleccionador de aquel país. Son muchas razones para que Boskov sugiera siempre el recuerdo de Miljanic: «El y yo somos amigos, pero, por favor, no me comparen con él. Yo quiero que me juzguen aquí por lo que yo soy y lo que yo haga, pero no por lo que él es y lo que él hizo. Por otra parte, Miljanic ganó varios títulos con el Madrid, aunque la última temporada no le fuera bien. Yo he leído que el Madrid se ha dejado engañar otra vez por un yugoslavo, y eso no está bien. Necesito que me dejen trabajar antes de juzgarme. Me gusta la crítica, pero no una crítica ciega y malintencionada.» Sin embargo, sí es cierto que los entrenadores yugoslavos tienen una especial facilidad para encontrar trabajo. En casi todos los países europeos hay entrenadores yugoslavos, acaparando puestos en importantes clubs: «Será porque valemos.»

Un equipo de ataque

En cualquier caso, el Madrid se decidió por Boskov, y él está sinceramente ilusionado con su nuevo trabajo: «En el mundo hay cientos de entrenadores que querrían entrenar al Madrid. Yo he tenido una gran suerte. Dicen que me han contratado porque soy barato. La verdad es que, aunque soy un profesional, el Madrid es, antes que nada, un desafío imponente para un entrenador, y yo quiero responder a ese desafío. Y es un golpe de prestigio entrenar al Madrid. Un brillante en la trayectoria de un entrenador. Y un honor. Este club ha hecho cosas más importantes que ningún otro.»Boskov, como todos, trae su librillo bajo el brazo: «Quiero un equipo de ataque porque me gusta el fútbol ofensivo y también porque al público le gusta.» Una de sus preocupaciones es Santillana: «De él he dicho cosas que se han interpretado mal. Yo quiero que no baje a la media nunca, que se quede en punta, relajado, para que sus condiciones de rematador no tengan merma por fatiga. El no debe jugar, sino rematar. Y no debe marcar veinte goles por temporada, sino treinta. Tiene un gran salto y una cabeza de oro, y con los pies no es torpe.»

Otros elementos del ataque son Juanito y Cunningham: «Juanito jugará como lo hace Keegan en el Hamburgo, y como lo hacía Cruyff en los mejores tiempos del Ajax, en la zona de la media punta, con libertad de movimientos y con la misión de organizar el juego en los últimos metros. Es un chico muy inteligente, pero si juega muy en punta se ciega y pierde balones.» Cunningham ha sido un fichaje caro, discutido: «Cuando yo llegué al Madrid ya estaba decidido dar la baja a Jensen y fichar otro hombre. A mí me interesaba un delantero y el club estaba de acuerdo en eso. Me pidieron una lista y en la lista que di había tres extremos: René van der Kerkhof, Abramczyk y Cunningham. El club encontró más asequible a Cunningham, y lo fichó. A mí me parece un excelente jugador y estoy seguro de que rendirá. Es rápido, hábil, con salto y disparo.»

Por ahora no ha triunfado plenamente, pero Boskov tiene esperanzas: «Todo ha cambiado para él: la casa, el idioma, los amigos, las comidas... Pero le veo alegre. Cuando a un jugador las cosas no le van bien se le nota en la cara. Yo le veo la sonrisa y sé que no tiene problema. Pronto demostrará lo que vale.»

Camacho, el gran fichaje

Pero a Boskov le ilusiona aún más la recuperación de Camacho: «Como lateral izquierdo había llegado a ser un jugador de máxima categoría. En el Teresa Herrera estuvo discreto en el primer partido y bien en el segundo. Tiene ya la condición física, y también está psíquicamente recuperado, pero le falta aún coger la distancia y recobrar confianza. Según ha ido progresando desde que está conmigo, creo que en breve va a ser el jugador que fue, y se va a convertir en el mejor fichaje.»La meta del Madrid está bien cubierta en cualquier caso, sea con García Remón o con Miguel Angel, pero Boskov ya tiene hecha su elección: «De los dos sólo conozco a García Remón, porque cuando llegué Miguel Angel estaba lesionado. García Remón me parece un portero soberbio, está jugando muy bien y confío en él. Además le he visto entregarse con ilusión en los entrenamientos. El puesto es suyo.»

El resto del equipo también está decidido, salvo en un puesto: la defensa la formarán San José, Benito, Pirri y Camacho; la delantera, Juanito, Santillana y Cunningham, y en la media son fijos Stielike y Del Bosque; «Para el otro puesto cuentan Angel o Portugal. Hay que decidir entre ellos. También está García Navajas, que jugó muy bien en su debut y que puede tener puesto en la defensa o en la media en cualquier momento.»

Exigencias

El Madrid -otra coincidencia con Miljanic- se ha volcado con el técnico yugoslavo: Cunningham, García Navajas, Angel, Portugal... «El club ha hecho los fichajes por consejo de todo el equipo técnico, no sólo mío. No son fichajes hechos para mí, sino para el club. El Madrid tenía muchos veteranos, tenía mayoría de jugadores de más de treinta anos, y eso no es bueno, y la directiva lo sabe. Había que fichar gente joven. Con cualquier entrenador se hubieran hecho estos fichajes. Yo creo que un gran equipo como el Madrid nunca debe alinear menos de tres veteranos, pero tampoco más de cuatro. Esa es la proporción ideal.»Convino con Molowny la reestructuración de la plantilla: «Es un hombre muy amable y un gran conocedor del fútbol. Trabajamos a gusto juntos.»

Cada club tiene su exigencia. La del Madrid es ganar todo lo que participa; si no se consigue, el aficionado queda descontento y critica: «Ya lo sé. Pero con la plantilla del Madrid sé puede aspirar a ganarlo todo. Es más fácil ganar con la plantilla del Madrid que mantener al equipo con la del Zaragoza. Y siempre es más agradable trabajar en la cabeza que con angustias. Con salud, fuerza y trabajo podemos ganarlo todo.»

Sin auxiliares

Boskov prefiere trabajar sin auxiliares. En esto sí es distinto de Miljanic, que se rodeó de un numeroso estado mayor: «Creo que un entrenador debe ser también un buen preparador físico. Y tener otros auxiliares técnicos no me gusta, porque prefiero trabajar directamente con los jugadores mejor que hacerlo a través de un intermediario.» Sólo creo en una cosa: en un buen recuperador, y eso el Madrid no lo tiene y lo necesita. Un hombre que ponga en forma a un lesionado o que pueda fortalecer a jugadores de la cantera a los que les falta condición física.

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