Otero y la "masa alborotadora"
¿Por qué, señor Portela, desprecia (muy orteguianamente por cierto) con el calificativo de «masa alborotadora» a los muchos que asistimos al homenaje a Blas de Otero y lo hicimos para participar seriamente en el aplauso a la memoria del poeta?El que no tengamos la suerte de pertenecer a un Ateneo ni de estar en el número de los trescientos que cabrían en el auditorio de la plaza de Colón, no es motivo para que nos mande, literalmente, a tomar el fresco. Yo no creo que Blas de Otero mantuviera esa actitud elitista cuando escribía para la inmensa mayoría, al contrario. Por eso la carta del señor Portela me ha sorprendido y me ha dolido, ¿verdaderamente cree que sólo trescientas personas sentían algo hondo por el poeta y que los demás estábamos allí sólo por la diversión gratuita y aparentemente superficial del momento?
En mi opinión, la solidaridad no se expresa con lágrimas y silencio en el entierro de un hombre, sino también con la alegría, e incluso el júbilo, de las gentes al proclamar que un poeta, en realidad, nunca muere, porque queda hecho idea en sus versos, y desde ellos sigue dando la mano a la humanidad y solidarizándose y comunicándose con todos los que los leen o escuchan. ¿Por qué querer apartar a las multitudes y reducir éstos a unos pocos, si la llamada era para todos?
