"El Gobierno de la señora Pintassilgo, una opción socialista camuflada"
El Partido Socialdemócrata portugués (PSD), el Centro Democrático y Social (CDS) y el Partido Popular Monárquico se han coaligado en un frente electoral de centro-derecha, cuyas expectativas electorales pueden dar un giro relevante al proceso político lusitano. Francisco Sa Carneiro, líder del Partido Socialdemócrata, artífice de esta Alianza Democrática y una de las personalidades más relevantes de la política portuguesa, ha visitado estos días España junto a los dirigentes de las otras formaciones, Freitas do Amaral y Gonzalo de Reveiro. Sobre la reciente recomposición gubernamental, el proceso electoral y la situación política portuguesa versa esta entrevista con Francisco Sa Cameiro, que realizó Rafael Fraguas.
Pregunta. ¿A qué razones obedece su visita a España y sus entrevistas con el Rey y con el presidente Adolfo Suárez?Respuesta. La entrevista con el Jefe del Estado español ha sido una visita de cortesía. Para nosotros tiene gran interés político el diálogo internacional y esta idea ha sido la que ha presidido nuestra entrevista con el presidente Suárez. No podíamos esperar mejores resultados de los que hemos conseguido.
P. ¿A quién favorece en mayor medida la designación de María Lurdes Pintassilgo como primera ministra portuguesa entre las fuerzas políticas lusitanas?
R. Favorece al Partido Socialista, al Comunista y a los disidentes de mi partido, el Socialdemócrata. Y esto no sólo la jefatura, sino el conjunto del Gobierno. El actual ministro de Gobernación es amigo del Partido Socialista y ya tuvo una cartera con Mario Soares. Ha traducido su amistad en actos políticos concretos. También es un amigo político de Melo Antunes, y hay además tres ministros, los de Hacienda, Agricultura y Trabajo, disidentes del Partido Socialdemócrata. Esto tiene un claro significado por su parcialidad, por su falta de neutralidad.
P. ¿Qué aspectos políticos positivos y/o negativos destacaría usted de la nueva formación gubernamental?
R. Entre los negativos, que abundan, hay que incluir su falta de imparcialidad y de neutralidad. Su línea política es de un socialismo tercermundista que va contra el sentido común de nuestro país y del Estado. En cuanto a la composición gubernamental, no ofrece garantías de competencia. Tiene demasiadas pretensiones para ser un Gobierno de cien días. Este Gobierno traduce una opción socialista camuflada y creo que no se adecua a los requisitos de imparcialidad exigidos para garantizar unas elecciones plenamente democráticas. De los aspectos positivos que posee creo que el principal es el de que deja ver claramente el proyecto presidencial, que combatimos.
P. ¿En qué medida la designación de la primera ministra supone un cambio de rumbo en los propósitos estatales del presidente Eanes?
R. El presidente portugués tiene un proyecto político presidencialista que no pasa por los partidos existentes, sino por la subordinación de éstos a sus planes. Se intenta un desgaste político de los partidos para presentar como única la alternativa del presidente, que es una alternativa presidencialista, militar y socialista.
P. ¿Existe un contencioso entre el presidente Eanes y usted?
R. Existe un contencioso político, no personal, entre el presidente Eanes y mi partido. Creo que el balance de la actuación presidencial no es positivo, y por ello procuro que mi partido no apoye la reelección del actual presidente de la República. Sobre este tema va a decidir el próximo Consejo Nacional del PSD.
P. ¿Qué propuesta política alternativa mantuvo la Afianza Democrática respecto a la preparación de las elecciones?
R. En términos concretos creemos que la Asamblea Parlamentaria debería haber sido disuelta inmediatamente, manteniendo en funciones el Gobierno dimitido o un Gobierno neutral nombrado por el presidente. Se trataría de un Gobierno de mera gestión, sin investidura parlamentaria. El Gabinete anterior, con todo, hubiera resultado más neutral, especialmente en cuanto concierne a la cartera de Gobernación.
P. ¿Es previsible, a partir de ahora, un incremento de la participación política del Ejército en el proceso portugués?
R. Creo que no. Pienso que las Fuerzas Armadas se quieren aislar de la política y desean aceptar una democracia de tipo europeo, propósitos que serían respaldados por toda la jerarquía militar. Pero, no obstante, sí se puede esperar con este nuevo Gobierno una mayor intervención, que ya se está concretando, por parte del sector político-militar de Melo Antunes. Pienso que es un Gobierno de la línea de Melo Antunes.
P. ¿Cree, pues, que Melo Antunes está detrás de este Gabinete?
R. Creo que está muy cerca, muy detrás.
P. ¿Por qué causa o causas en la última etapa Portugal parece una comunidad política ingobernable?
R. Por una parte, creo que, con gran responsabilidad del Partido Socialista, ha faltado un Gobierno de mayoría. De otro lado, la intervención del Consejo de la Revolución ha sido también causa de inestabilidad política, a la cual ha contribuido además la actitud concreta del presidente. Se trata más bien de un problema de inestabilidad política y de falta de articulación entre una mayoría parlamentaria y un presidente que de una cuestión de ingobernabilidad. Hemos presenciado los efectos de una mayoría socialista-comunista en el Parlamento, con graves repercusiones para los portugueses. Es todo esto cuanto queremos cambiar con nuestro proyecto de nueva mayoría, mediante la Alianza Democrática. Por ello, las elecciones se convierten en una encrucijada histórica para Portugal.
P. ¿Qué pueden ofrecer hoy a los portugueses los socialdemócratas y los democristianos coaligados en esta alianza?
R. Hay que tener en cuenta que es la primera vez que en Portugal dos partidos toman un acuerdo de cooperación y presentan conjuntamente una alternativa de Gobierno y un mismo modelo de sociedad. El sentido de nuestro acuerdo consiste en que quienes nos voten lo hacen a un Gobierno de coalición y si se obtiene la mayoría se aplicará un programa electoral común que expresará un modelo de sociedad abierta, europea, desburocratizada, descolectivizada y desdogmatizada.
P. Si los resultados electorales de los próximos comicios reprodujeran la actual inestabilidad política en Portugal, ¿sería pensable una fórmula de consenso entre las principales fuerzas políticas de su país?
R. Si los partidos de Alianza Democrática no logran una nueva mayoría se encarará la posibilidad de realizar un consenso entre la Alianza y el Partido Socialista. Por supuesto, del consenso quedaría excluido el Partido Comunista portugués.
P. Desde el exterior, y para un observador neutral que observe el proceso político portugués, da la impresión de que los portugueses han ido siendo cada vez menos dueños de su política, de las decisiones nacionales, en función de una serie de presiones procedentes del exterior.
R. Hubo un intento de subordinación del proceso político portugués a los intereses del imperialismo soviético que fue rechazado, pero tuvo sus consecuencias en el plan de descolonización de Angola y Mozambique. La posición estratégica de Portugal se ha visto influida por fuerzas internacionales que han determinado en ocasiones el curso de su proceso político. Creo que hay fuerzas extranjeras que no están interesadas en que España y Portugal, por la armonización de sus políticas, configuren un bloque estratégico peninsular esencial para Europa y para el estrechamiento de relaciones con Latinoamérica. Creo, sin embargo, que ahora todo va quedando más claro y que, tras las elecciones, los portugueses van a ser cada vez más dueños de sus decisiones políticas, en mayor medida que antes.
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