Tenso recibimiento en Lusaka a Margaret Thatcher
Margaret Thatcher llegó anoche a Lusaka, capital de Zambia, para enfrentarse a la prueba más difícil desde su elección a la jefatura de Gobierno de Gran Bretaña. La prueba es la conferencia de primeros ministros de la Commonwealth, que inicia sus sesiones el primero de agosto.La llegada de Thatcher a la capital de Zambia ha estado precedida por toda clase de declaraciones adversas a su aparente postura favorable al reconocimiento del Gobierno de Salisbury, encabezado por el obispo Abel Muzorewa.
El presidente Kaunda, de Zambia, anfitrión de la conferencia, declaró a una emisora canadiense que, si Londres reconocía a Salisbury, el Gobierno británico tendría que enviar tropas a Rodesia para luchar junto a las fuerzas de Muzorewa. El periódico gubernamental de Lusaka advertía ayerde los peligros de convertir Rodesia y Africa meridional en un nuevo Vietnam, y un portavoz del dirigente nacionalista Robert Mugabe llegó a calificar de «racista» a la Thatcher, a la vez que manifestaba que su conocimiento de lo que ocurre en el sur de Africa es nulo.
"Cumbre" de la "línea del frente"
Por si esto fuera poco, y a 48 horas de la inauguración de la conferencia, Kaunda convocó ayer una inesperada conferencia de los países integrados en la llamada «línea del frente», para preparar una estrategia conjunta en torno al tema de Rodesia. La convocatoria de la reunión ha causado una gran sorpresa, ya que dos de los cinco países de la «línea del Frente -Angola y Mozambique- ni siquiera pertenecen a la Commonwealth, lo que se interpreta como un reto directo a la posición de la primera ministra de Londres.¿Cuál va a ser la posición británica en la conferencia? Es difícil de predecir cuándo se han registrado posturas divergentes entre la sostenida por la Thatcher, hasta ahora partidaria del levantamiento de las sanciones y del reconocimiento de Salisbury, y la mantenida por el Foreign Office y su secretario, Lord Carrington, que consiste en ganar tiempo en Lusaka hasta conseguir que Muzorewa introduzca los cambios necesarios en la Constitución rodesiana que permitan un verdadero Gobierno de mayoría negra en la antigua colonia británica.
Esta segunda línea de actuación parece que está ganando en estos momentos, y todo parece indicar que Londres intentará convencer a los africanos de dos cosas: primera, que las elecciones de abril en Rodesia y el llamado acuerdo interno han supuesto un avance; segunda, que se hace preciso dotar a la antigua colonia de una nueva Constitución que permita. celebrar nuevas elecciones generales bajo supervisión internacional.
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