Ex policías iraníes, juzgados por tribunales revolucionarios en la RFA
El Gobierno de la República Federal de Alemania se encuentra en un grave aprieto respecto de la actividad de los llamados «Tribunales de la Revolución», que operan en la RFA contra los antiguos colaboradores de la policía política iraní (SAVAK). Hoy, el Gabinete decidirá si aplica medidas especiales contra estos tribunales, que, según informaciones del propio Gobierno, han celebrado ya sesiones secretas en por lo menos siete ciudades alemanas importantes.El problema es sumamente crítico. Tradicionalmente, la policía alemana ha colaborado, «aunque no de una forma institucional», según el portavoz del Ministerio del Interior en Bonn, con la policía política del sha, con la temible SAVAK.
Años atrás, hasta la caída de Reza Pahlevi, las policías alemana y persa se intercambiaban información sobre presuntos o reales opositores al régimen de Teherán. Los gendarmes alemanes reprimieron con toda crudeza las manifestaciones contra el sha, en una de las cuales murió a tiros un estudiante. Al acceder al poder el nuevo régimen de Jomeini, las tornas se han cambiado, pero el Gobierno de Bonn no desea verse envuelto en un conflicto interno, como consecuencia de la «justicia autónoma» de los seguidores del ayatollah en la propia RFA, ni en un problema internacional. Bonn ha amenazado con entregar un pasaporte de apátrida a todos aquellos cuyos documentos fueron retirados en estos «procesos fantasmas» y enviados a la embajada iraní en la capital federal.
El embajador de Teherán no parece dispuesto a devolver los pasaportes a los antiguos confidentes de la SAVAK, estigmatizados ahora por sus fogosos compatriotas constituidos en tribunales secretos. Según la policía alemana, en la RFA residen 141 de los 341 colaboradores de la SAVAK más buscados en todo el mundo.
Estos confidentes del servicio exterior de la policía del sha dependían de doce expertos enviados desde Teherán, cuyos ingresos llegaban hasta ocho mil marcos mensuales.
Que la policía alemana no parece dispuesta a reprimir decididamente los procesos sumarísimos de los seguidores de Jomeini se desprende de la actitud policial ante los primeros detenidos: de cinco persas sometidos a interrogatorio en Francfort, cuatro se encuentran ya en libertad, y el quinto debe responder a una acusación por un delito común que nada tiene que ver con su participación en los procesos sumarísimos.
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