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Madrid: ambigua referencia al marxismo y definición de "partido de masas"

Por 87 votos a favor, uno en contra y 36 abstenciones, la federación socialista madrileña aprobó, en la madrugada del lunes, su ponencia política para el congreso extraordinario del PSOE. El texto refleja la dureza de la batalla que ha precedido a la redacción final, con muchos elementos del sector crítico, bastantes de la llamada tercera vía e incluso algunos de las «59 tesis», el sector derrotado. La nueva ponencia habla de marxismo, pero no define al partido como marxista; propugna el entendimiento con la izquierda, aunque no considera urgente un programa unitario en los municipios; y es rotunda al hablar de partido de masas y de autonomía de las organizaciones.

Como declaración de principios se ha aceptado la redacción de la tercera vía (Revilla- Puerta), en la cual se dice, entre otras cosas: «El PSOE entiende el marxismo como un conjunto de elementos teóricos que permiten el conocimiento científico de la realidad social y sientan las bases para su transformación. Su análisis, dialéctico, debe alejarse de todo supuesto dogmático, asumiendo críticamente, y dentro de los límites en que sean todavía válidas, las aportaciones científicas de los pensadores, marxistas y no marxistas, que nos proporcionen un mejor conocimiento de la realidad.»En lo que se refiere a estrategia del partido, el texto final acepta la argumentación básica de la ponencia crítica, pero con matizaciones. Resalta que cualquier tipo de coalición de UCD con el PSOE iría destinada a fortalecer a la derecha; hay una referencia expresa a la conveniencia de un entendimiento con los partidos democráticos de la izquierda en el ámbito estatal y en el de las nacionalidades y regiones (pero se ha suprimido la necesidad de un programa unitario municipal); y se establece la cautela de un congreso extraordinario para el caso de que el PSOE tenga que participar en una coalición. Un preámbulo, introducido por Enrique Gomáriz, reconoce la importancia de la «alternativa de poder».

En lo que se refiere al tema económico, fueron introducidos textos de las «59 tesis », no tanto por defensa de sus partidarios como por acuerdo de los otros sectores. Estos últimos matizaron en parte las citadas tesis, lo que dio lugar a un debate entre Joaquín Leguina («59 tesis») y Manuel Abejón (sector crítico), con votación final a favor de este último. También en la parte sindical se introdujo un texto mucho más completo, propuesto por el secretario general de la UGT madrileña, Jesús Prieto.

En lo que se refiere al modelo de partido, fue aprobada, casi en su totalidad, la propuesta del sector crítico, donde se contienen extensas referencias a la democracia interna, la descentralización del poder en el partido e incluso la autonomía de las distintas federaciones en la utilización de los fondos económicos del PSOE.

Parece claro que en el PSOE de Madrid se ha partido de dos posiciones divergentes (sector moderado, representado por las «59 tesis» y sector crítico) que, por un conjunto de circunstancias, han visto surgir y fortalecer un tercer sector, el representado por Alonso Puerta y Carlos Revilla. Estos últimos, probablemente conscientes de que no sólo importan ya las ideas, sino quien las formula, han buscado la posición intermedia, corriendo el riesgo de ser desgarrados por las dos partes, pero saliendo al fin bien librados y con un indiscutible arbitraje.

Los partidarios de las «59 tesis» también intentaron negociar ampliamente con la tercera vía, según nuestras noticias, pero sobre la base de mantener sus textos prácticamente incólumes, considerándolos un trabajo pensado y no improvisado -idea que les ha llevado a presentar, una tras otra, enmiendas a la totalidad, siempre derrotadas en la asamblea-; y ello ha facilitado el acuerdo de la tercera vía con el sector crítico, a base de moderar las posiciones de este último.

A su vez, la línea crítica se ha automoderado en cuestiones claves, cuya aprobación probablemente habría sido presentada como ejemplo de izquierdismo irresponsable: tal es el caso de la mención de la república, que llegó a ser puesta a votación -con apoyo de algún moderado, según parece-, y que, sin embargo, el Colectivo Socialista, sector más izquierdista del PSOE, votó en contra. «Era una trampa», asegura un portavoz del sector crítico, «en la que no hemos caído».

Tres opiniones

Para el presidente de la Diputación de Madrid, Carlos Revilla, animador de la tercera vía en el PSOE de Madrid -junto con Alonso Puerta-, lo que ha ocurrido en esta asamblea es que «el partido -se ha negado a que un grupo privatice a Felipe González», en clara alusión a los defensores de las «59 tesis». Asimismo, tanto el señor Revilla como el señor Puerta opinan que su sector ha servido de catalizador para la redacción final de una ponencia razonable, que, lejos de todo exclusivismo, ha aceptado lo más válido de cada postura, sin llegar a un pacto específico con nadie.En opinión de Enrique Moral, uno de los principales representantes del sector crítico en la asamblea, lo sucedido en Madrid marca una nueva correlación de tuerzas en el partido, que se va a mantener de cara al congreso extraordinario. Igualmente, agregó que sería bueno ir a una ejecutiva de síntesis en el congreso extraordinario, «pero de ninguna manera aceptará ninguna persona de nuestro sector un puesto aislado en la nueva dirección, como testigo mudo de la izquierda: eso debe quedar muy claro».

Por su parte, Enrique Barón explicó la postura mantenida por los defensores de las «59 tesis», en el sentido de que se trataba de mantener la coherencia con unas posturas de partida «y no hacer lo mismo que los radicales, que están renunciando a todo: al marxismo, a la república, a la unidad municipal de la izquierda y a cualquier tema conflictivo, en cuanto ven la posibilidad de hacerse con unos cuantos puestos en la nueva ejecutiva. En cuanto a si Felipe González coincide o no con nuestras ideas, eso tiene que decirlo él.»

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