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Acceder al Gobierno debe ser la estrategia básica del PSOE, según los moderados

El ejercicio del poder gubernamental constituye la vía esencial para conseguir los objetivos del PSOE, cuya lucha política «se dirige a acceder al Gobierno», según establece el proyecto de ponencia política elaborado por sectores moderados de la federación de Madrid, a los que se considera próximos a Felipe González. El texto ofrece una solución al problema ideológico, en el sentido de que al PSOE se puede llegar a través del marxismo, del humanismo democrático e incluso desde posiciones libertarias.

Este proyecto, construido en forma de 59 tesis -como ayer adelantaba EL PAIS- ha sido elaborado por los diputados José Acosta, Joaquín Almunia y Juan Barranco, junto con alcaldes, concejales y otras personas que forman «la columna vertebral» del partido en Madrid, según expresión de los anteriores.Todos ellos tuvieron buen cuidado en precisar que esta ponencia no es la de Felipe González, pero les gustaría que fuera asumida por el ex secretario general; también dieron a entender que este último conoce ya el texto.

«La práctica política de Felipe González», declaró Joaquín Almunia, adversario de Francisco Bustelo en el XXVIII Congreso, «ha coincidido en lo fundamental con lo que expresa este proyecto. Lo ideal sería que el partido asumiera la ponencia y que toda la dirección, incluido Felipe González, llevara una actuación coherente con ella ».

Las «59 tesis» arrancan de una cita del programa máximo del PSOE, y abordan el socialismo como un «movimiento dinámico», enriquecido por una pluralidad de tradiciones.

«La tradición marxista, que tan destacado papel ha desempeñado en la fundación y en la historia del PSOE -se lee en el texto-, ha puesto en manos del socialismo un marco conceptual básico para el análisis de la realidad social, unos planteamientos de clase y una ética solidaria que siguen constituyendo un componente fundamental del quehacer político del partido. También se enriquecen la tradición humanista y democrática -laica o religiosa-, así como aquella que hunde sus raíces en las corrientes libertarias.»

Se establecen, como objetivos del PSOE «la democracia política, social y económica ». Para alcanzar dichos objetivos, el partido «utiliza la vía electoral y la acción de masas»; pero la lucha política del partido está dirigida a « acceder al Gobierno, desplazando del mismo a las fuerzas de la derecha, para modificar desde él las relaciones de poder en toda la sociedad e iniciar la transformación socialista».

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«Las conquistas de parcelas de poder social e institucional», se dice más adelante, «no son suficientes para llevar a cabo tal transformación y pueden resultar fugaces, aunque constituyen una parte importante del camino a recorrer. Pero sólo el ejercicio del poder gubernamental, con la fuerza que otorga a sus titulares el voto popular que expresa la soberanía nacional, permitirá globalizar las conquistas parciales y afrontar las transformaciones profundas que el cambio socialista requiere.»

«Sólo situaciones de peligro para las instituciones», prosigue el texto, «justificarían la colaboración temporal, en defensa de ellas, con fuerzas políticas que defiendan proyectos de sociedad distintos del nuestro». En situación de normalidad, el PSOE rechaza cualquier alianza sistemática con otras fuerzas, que pueda difuminar la diferenciación clara de la alternativa socialista; pero el partido «está abierto, sin embargo, a posibles acuerdos parciales para la consecución de objetivos concretos en la perspectiva del cambio socialista».

«Tal es el sentido profundo de la estrategia de alternativa de poder que el PSOE ofrece, como consecuencia de la convicción de los socialistas acerca de la viabilidad de nuestro proyecto», finaliza esta tesis, la número 39 del proyecto, y una de las claves más importantes del mismo. Es interesante recordar que el planteamiento responde perfectamente a muchas de las declaraciones efectuadas por Felipe González durante los últimos meses.

El proyecto finaliza con unas consideraciones sobre «el modelo de partido», en el que se establecen, entre otras ideas, la necesidad de una organización eficiente -formación de cuadros, garantizar una mínima estabilidad a los órganos de dirección- y el mantenimiento de la agrupación como unidad básica del partido.

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