El Rey presidió la clausura del curso en el Ceseden
El teniente general Ricardo Arozarena Girón, en el acto de clausura del XV Ciclo Académico del Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (Ceseden), que presidió el Rey, afirmó en la lección de clausura que «hay que defender la unidad del territorio, la vida y cohesión de la comunidad, los intereses vitales de la nación, la soberanía, la independencia, la vida del Estado y el ordenamiento constitucional».El acto tuvo lugar en la mañana de ayer, y acompañaron a don Juan Carlos el vicepresidente primero del Gobierno, teniente general Gutiérrez Mellado, el ministro de Defensa, Agustín Rodríguez Sahagún; el de Economía, José Luis Leal; el de Transportes, Salvador Sánchez Terán; el presidente del Senado, Cecilio Valverde, y otras autoridades militares y civiles.
El teniente general Arozarena dijo, entre otras cosas, que «en el panorama de la defensa nacional hay que plantearse tres interrogantes básicos: ¿qué es lo que hay que defender?, ¿contra quién hay que defenderlo?, ¿con qué medios y cómo?
El primer interrogante -dijo-se responde con el término nación, entendida como comunidad coherente, al cual está vinculado el Estado como marco en el que se mueve la convivencia política, condicionado a su ámbito geográfico, situado en el marco europeo y en la encrucijada del Mediterráneo y del Atlántico, y como puente hacia el continente africano. A continuación habló de defender la vida, la soberanía, el orden constitucional, tal y como se ha señalado anteriormente.
El segundo interrogante -añadió- se refiere a la procedencia de las amenazas, sean agresiones directas o indirectas. Debe considerarse tanto el caso de que se actúe en solitario, como formando parte de bloques o coaliciones.
En la actualidad -continuó el teniente general Arozarena-, el alcance y potencia de las armas y el hecho nuclear, así como el hecho ideológico, han transformado la naturaleza de las agresiones y la forma de los posibles enfrentamientos, e hizo especial referencia a la agresión subversiva con su clímax de guerra revolucionaria.
Al tercer interrogante -dijo- se responde haciendo recuento de los medios de defensa civiles y militares. Hay que contar con una estructura orgánica y un planteamiento de la defensa, una preparación adecuada de las fuerzas de seguridad y Fuerzas Armadas, y una moral adecuada. «Debe existir», subrayó, «una voluntad nacional de defensa basada en los valores indestructibles del patriotismo.»
El Rey, tras entregar los diplomas a los asistentes de los cursos que se clausuraban, impuso condecoraciones a los alumnos que han obtenido el número uno.
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