Incidentes en el traslado del cadáver del refugiado asesinado en Francia

El cadáver del refugiado vasco Enrique Gómez Alvarez, que murió el pasado lunes en Bayona, víctima de un atentado, recibió ayer sepultura en el cementerio de Vitoria. El traslado de los restos mortales del señor Gómez Alvarez estuvo rodeado de una serie de incidentes, según informa el corresponsal de EL PAIS en la capital alavesa, José Antonio Abasolo.Pese a que la policía francesa montó, desde primeras horas de la manana, una operación filtro para evitar que cruzaran la frontera vehículos con matrícula española, al llegar el furgón fúnebre a Hendaya se produjeron algunos incidentes y personas no identificadas retiraron del mástil la bandera-española y arrojaron piedras contra las cabinas de la Policía Nacional, según Efe.

Ya en territorio español, seis coches-patrulla acompañaron la comitiva e impidieron, según Europa Press, que pasara por Mondragón, ciudad natal de la esposa del señor Gómez Alvarez, y en la que esperaban el paso del furgón unas cuatrocientas personas. Al conocerse la noticia de que la comitiva había sido desviada, grupos de personas se manifestaron por las calles de la ciudad y en algunas fábricas se realizaron paros de una hora de duración como señal de protesta.

Desde las dos de la tarde, más de un centenar de personas, en respuesta al llamamiento de la asamblea pro amnistía de Alava, se congregaron ante la puerta del cementerio de Vitoria, pero el furgón no hizo acto de presencia hasta las tres de la tarde. La comitiva fue interceptada por dos vehículos de la Guardia Civil y los reunidos comprobaron cómo, sin acercarse a la puerta del camposanto, la comitiva daba la vuelta y se encaminaba hacia el casco urbano, precedida por motoristas de la policía. Poco después se supo que la familia de Enrique Gómez deseaba celebrar previamente un funeral corpore insepulto y que, en virtud de este deseo, el féretro se había dirigido hasta un domicilio particular. El acto religioso tuvo lugar en la iglesia de San Andrés, del barrio de Txagorritxu.

Familiares del señor Gómez Alvarez difuncieron un comunicado en el que desmienten que fuera uno de los responsables del adiestramiento de comandos de ETA. El señor Gómez Alvarez, de veinticinco años de edad, era natural de un pueblo de León, pero se trasladó al País Vasco, con su familia cuando tenía tres años. Estudió formación profesional en un centro de los jesuitas y se interesó muy pronto por aprender el euskera. En 1974, cuando residía en Mondragón, junto con su esposa decidió exiliarse en Francia. Fuentes próximas a su familia, insisten en que, en la actualidad, se encontraba prácticamente alejado de cualquier activismo político.