Convocada una huelga general en Valencia por la muerte del trabajador portuario
Las centrales sindicales de la provincia de Valencia han convocado para hoy una huelga general en señal de duelo por la muerte del joven anarquista Valentín González, fallecido en la noche del lunes como consecuencia de un impacto de pelota de goma recibido en un enfrentamiento entre la Policía Nacional y un grupo de cargadores y descargadores del puerto. Bajo el peso de la muerte de este trabajador se inició ayer la huelga legal solicitada por los operarios del puerto para presionar a los asentadores del mercado a cumplir el laudo dictado por la Delegación de Trabajo en febrero.
Todo parece indicar que el entierro, convocado para las tres de esta tarde desde el Hospital Clínico -al que ha anunciado su asistencia el alcalde de Valencia-, reunirá a numerosos militantes sindicales. Valentín González fue trasladado al Clínico desde el Hospital Provincial, donde ingresó tras los incidentes. Ni la respiración artificial que le practicaron miembros de la Policía Nacional en el lugar del enfrentamiento, ni la operación que se intentó realizar en el quirófano le salvó la vida. Su muerte casi instantánea se produjo al parecer por paro cardíaco resultado de un fuerte traumatismo en la zona precordial originado por el pelotazo.Entre tanto los efectos de la huelga del mercado no se han dejado sentir todavía en la ciudad, si bien se espera hoy su agudización al no haber entrado mercancía, lo que supone dejar prácticamente desabastecida de frutas y hortalizas a toda la capital.
Representantes de la Agrupación Sindical de Carga y Descarga entidad autogestionaria creada en 1870, cantera de dirigentes anarquistas, en la que ingresó el fallecido en septiembre de 1976, presentaron una querella en el juzgado de guardia denunciando la actuación de la Policía Nacional, que, según la Agrupación, causó la muerte del joven y dejó parcialmente quemada la caseta de los trabajadores.
El Ayuntamiento ha mediado, como responsable de la concesión del mercado, entre las partes en conflicto, con resultados positivos, al conseguir parcialmente la promesa de los asentadores de abonar los trece millones de pesetas que adeudan a la Agrupación en concepto de atrasos.
Según informaciones recogidas en la Corporación Municipal, no existían razones para emplear tal violencia disuasoria. El portavoz del Ayuntamiento señaló que «no había razón alguna que propiciase una situación de violencia como la que se produjo», mientras el teniente de alcalde, Pedro Zamora, no dudó en afirmar que «no habría pasado nada si no hubiera intervenido la policía».
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