Editorial Católica obtuvo, en 1978, 41,5 millones de beneficios

La junta general de accionistas de Editorial Católica aprobó el lunes la memoria, balance y cuenta de resultados del ejercicio 1978, en el que la sociedad obtuvo un beneficio de 41,5 millones de pesetas, que permite repartir un dividendo del 6%. Editorial Católica edita los diarios Ya, de Madrid; La Verdad, de Murcia; Hoy, de Badajoz; Ideal Gallego, de La Coruña, e Ideal, de Granada; es propietaria de la agencia de noticias Logos, de la Biblioteca de Autores Cristianos y de Ediciones Rioduero. Cuenta con 5.000 accionistas, que se reparten un capital social de 373,5 millones de pesetas.La facturación de la sociedad en su conjunto, en el pasado ejercicio, ascendió a 3.286 millones de pesetas, cifra que la sitúa entre las primeras sociedades del sector. El cash-flow (amortizaciones y beneficios) alcanzó los 95 millones.

En la presentación de la memoria del ejercicio se insiste en la fase crítica por la que atraviesa la prensa en España, caracterizada por pérdida de tiradas y reducción de espacios publicitarios. Aunque no se concretan datos pormenoriza dos por cada uno de los productos de Edica, la memoria señala que los ingresos por facturación en los cinco diarios superaron en un 12% a los del año anterior, gracias a las subidas de precios practicadas. Los espacios publicitarios permitieron también un aumento de facturación del 12% por el aumento de tarifas, que compensó la ligera reducción de espacios. Con respecto al diario Ya, primero de la casa, la memoria señala que su difusión media medida por la OJD, se situó en 124,087, con una media, de 198.440 los domingos. El 80% de las ventas del Ya se concentran en Madrid. Señala también la memoria que las subvenciones percibidas por la sociedad, en términos proporcionales a las demás empresas periodísticas, alcanzaron la cifra de 71,3 millones de pesetas.

A lo largo de los informes presentados a la junta por el presidente de la junta de gobierno, Francisco Guijarro; del consejo de administración, José Ramón Fernández de Burgallal, y del director general, Manuel Giménez Quílez, se planteó la independencia de la sociedad y sus fundamentos ideológicos.

Se comentó en la reunión el proceso de innovación tecnológica acometido por los distintos periódicos, así como a su reorientación para conseguir mayor número de lectores.