"Tarzán", el mito del buen salvaje, vuelve
El encuentro con el buen salvaje de Rousseau, las voces misteriosas de la jungla, templo de la naturaleza, los mitos y sugestiones de un paraíso perdido, hoy seducción ecológica del mundo virgen que probablemente nunca conoceremos. Esa es la ingenua y encantadora evasión que propone Tarzán, el señor de la selva, a una audiencia sedentaria por partida doble; por ser prisionera de las máquinas y de la civilización urbana y por su ocioso culto sedente al televisor.
Los veintiséis capítulos de dibujos animados de la Warner (media hora de duración y en color), adquiridos por 68.000 pesetas cada uno, estarán en antena a partir de hoy, a las 15.35 horas, y hasta el 8 de diciembre, el día de la Inmaculada.Edgar Rice Burroughs (nacido en Chicago en 1875; muerto en Encino -California- en 1950) escribió Tarzán de los monos en 1912, a los 36 años, para All-Story Magazine, por setecientos dólares de entonces. En 1914 ya era un best-seller, y en 1918 fue llevado al cine para la National Film Corporation, dirigido por Scott Sidney. Elmo Lincoln fue el primer Tarzán. Enid Markey, la primera Jane, y Tarzán o el hombre mono fue una de las primeras películas del cine en superar el millón de dólares en taquilla. Nació así el más rico filón del cine exótico y de aventuras, poco después de que la expedición de Scott al polo Sur cerrase el ciclo de las últimas grandes exploraciones.
Tarzán, el hijo de la selva es, en la ficción de Burroughs, el hijo de Lord y Lady Grey Stocke, náufragos en una costa africana. La madre muere en el parto y el padre perece a manos de los simios. Tarzán, desde entonces señor blanco en la selva, amigo de Kala, la mona afligida por la muerte de su bebé, y del elefante Tantor, aprende los rudimentos del lenguaje de la boca del marinero Bimms. El marinero no debía conocer muy bien la gramática, y Tarzán hablará por sintagmas, sin declinar los verbos.
Desde entonces se han realizado 44 películas exhibidas en 113 países, 57 programas de televisión con imagen real (a partir de 1966), emitidos por los canales de 72 países. La Marvel Comics lanza al mercado norteamericano 450.000 ejemplares de comic al mes, unos tres millones de ejemplares mensuales por todo el mundo a partir de los cuarenta libros escritos por Burroughs, y que en 62 años alcanzan la cifra de seiscientos millones de libros vendidos en 52 países, traducidos incluso a los tres idiomas bantúes. Las tiras de la United Press se publican hoy en doscientos periódicos. Tarzán, superviviente de las dos grandes guerras y otros desastres, persigue la imaginación de todas las generaciones infantiles del siglo y sublima el erotismo salvaje de los adultos con su ropa interior de piel de leopardo o taparrabos de cuero curtido, en un viaje por la fantasía de los decorados naives y que retoma de los clásicos el cuerpo atlético y sin vello. No es casual que en 1931 se incorpore a la lista de intérpretes Johnny Weismuller, campeón olímpico de natación. En Tarzán, el hombre mono (1932) Tarzán se afeita por primera vez. Nadie, ni siquiera Burroughs, se había dado cuenta hasta entonces de este problema. A su lado, la más famosa de las Jane (Maurice O'Sullivan), que en 1934 interpreta con Tarzán y su compañera una de las mejores películas de aventuras del cine mundial y donde se incluye la primera lucha con los cocodrilos. Weismuller dejó a Tarzán después de la segunda guerra, después de haber hecho la primera batalla de elefantes (La fuga de Tarzán, 1936), después de ir a Nueva York en busca de su hijo y después de haber luchado contra un grupo de Nazis en Tarzán's Desert Mistery (1943). Weismüller se encuentra hoy en una clínica psiquiátrica y aterra al vecindario con su grito característico. Entre tanto, hasta el primer Tarzán rubio, interpretado por Denny Miler en 1959, se sucedieron otros atletas: Buster Crabbe, campeón olímpico de natación; Glen Morris, campeón de decatlón, y Herman Brix, campeón de lanzamiento de peso en las olimpiadas de 1932, amén de otros como Lex Barker. El tercer Tarzán, James Pierce, se casó con Joan, la hija de Burroughs, y juntos hicieron seriales radiofónicos. Tarzán es hoy un gran emporio industrial, la Edgar Rice Burroughs, Incorporated, con sede central en Tarzana, ciudad californiana de 35.000 habitantes, levantada en torno al rancho del escritor. Los herederos han prohibido la comercialización de productos que no sean las imágenes clásicas del cine o los dibujos de Foster, Hogarth o Boris Vallejo, el último ilustrador, con la excepción para España de una colección de cromos promovida por una firma alimenticia y la edición de comics, basados en esta serie de dibujos animados.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.