Un párroco de Lugo demanda a sus feligreses
El párroco de San Román de Campos, del municipio lucense de Carballedo, Segundo Capón Linares, ha promovido un procedimiento judicial, demandando a casi todos los feligreses de su parroquia, un total de 55 personas, entre ellas una fallecida hace ya algún tiempo, por un conflicto de heredad de agua que se remonta al siglo pasado, concretamente, a la desamortización de Mendizábal. La base de este conflicto hay que buscarla en el año 1855, en que fueron desamortizados los bienes de la Iglesia en esta parroquia.Según pudo saber EL PAIS, el agua proveniente de un estanque público era repartida por los vecinos de San Román de la forma más conveniente, surgiendo el problema en el momento en que no fueron respetados los usos y costumbres por los encargados de los terrenos de la Iglesia, quienes cedieron el agua sobrante de sus riegos a terceras personas.
Tras varios requerimientos de los vecinos para llegar a un acuerdo -que luego se tomarían en enfrentamientos verbales, llegándose en algún caso a intentos de agresión-, el sacerdote Segundo Capón demandó en un principio a los interesados más directos en el conflicto, haciendo luego lo mismo con todos los herederos del agua, que constituyen la práctica totalidad de la parroquia, con el fin de que no puedan servir como testigos de usos y costumbres, por ser parte interesada en el tema.
Los usos y costumbres que reclaman los vecinos fueron respetados, aproximadamente, hasta el año 1968, comenzando el conflicto en 1976. La petición de los herederos del agua de San Román de Campos es que se respeten esos usos, que consideran les han sido arrebatados.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.