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Clausurada sin acuerdos la V Conferencia de la UNCTAD

El pasado domingo concluyó en Manila la V UNCTAD -Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo-, con la opinión generalizada de que los treinta días de conversaciones de las 159 delegaciones de otros tantos países han sido un fracaso. En ninguno de los temas básicos de la conferencia, proteccionismo comercial, esquemas arancelarios, deudas exteriores e intercambio de tecnología, se consiguieron acuerdos. La previsión de 350 millones de dólares de fondo común para evitar las fluctuaciones de precios de algunos productos primarios de países en desarrollo quedó reducido a 87 millones de dólares.

Los 5.000 delegados representantes de 159 países que se reunieron en Manila a primeros de mayo para celebrar la V Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) concluyeron el pasado domingo sus trabajos sin haber llegado a ningún acuerdo formal sobre los problemas importantes que figuraban en el orden del día de las negociaciones.La V UNCTAD la integraron tres grandes bloques de países: el occidental, el socialista y el de los países en desarrollo, formado por 119 en total, que componen el llamado grupo de los 77, y cuyo «programa de Arusha», redactado en la ciudad tanzana del mismo nombre, sirvió a lo largo del mes de documento básico en las negociaciones e informe generalizado sobre las reivindicaciones del Tercer Mundo en la Conferencia.

Las reivindicaciones básicas de los países en desarrollo, motivo fundamental de la Conferencia, fueron rechazadas por los países industrial izados o remitidas a estudio posterior por el Consejo para Comercio y Desarrollo, órgano de la UNCTAD con sede en Ginebra. Entre ellas figuraban la necesidad de estructurar un nuevo orden económico mundial, desmembrar el actual proteccionismo comercial occidental, tratar nuevos esquemas arancelarios, cancelación o prórroga de las deudas exteriores e intercambio de tecnología y transporte marítimo.

Estados Unidos y los países del bloque occidental dejaron patente en la UNCTAD su postura de que no están dispuestos a ampliar las competencias de las Naciones Unidas en estos temas. En especial se puso de manifiesto que la reforma del sistema monetario y el sistema de preferencias generalizadas son competencia de otros órganos supranacionales ya existentes, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Acuerdo General sobre Comercio y Aranceles (GATT), respectivamente.

Un programa de acción de ayuda a los 31 países más pobres del mundo figura entre los pocos acuerdos alcanzados en la UNCTAD. No obstante, Estados Unidos y la Unión Soviética, representantes más directos del bloque de países desarrollados y del bloque socialista, defraudaron al Tercer Mundo.

Llamamiento en favor del Tercer Mundo

El representante norteamericano, después de alegar que su país pasa por una crisis económica y de opinión con respecto a los problemas de los países en desarrollo, dejó patente la postura norteamericana de no incrementar su apoyo a este bloque. Aunque sí informó sobre la decisión de la Administración estadounidense de cancelar una parte ínfima de las deudas que tienen contraídas los países tercermundistas con su país y negociar el pago de las mismas en moneda local que luego se destinará a inversiones en el propio país de origen.La R. F. de Alemania, Francia, Japón, Gran Bretaña y Canadá han concedido un alivio mucho más amplio a las deudas contraídas por los países del desarrollo. En total aliviarán a éstos de 3.260 millones de dólares aproximadamente, de un total de deuda que asciende a 12.000 millones de dólares, lo que representa un 27%.

A la Unión Soviética se criticó su parquedad en la ayuda a los países en desarrollo. El representante soviético respondió a las acusaciones prometiendo una mayor ayuda política frente al avance de las multinacionales occidentales y criticando la pasividad de los Gobiernos tercermundistas ante la incidencia del capitalismo en sus países.

La cuestión energética, desplazada

En el seno de la UNCTAD, mediada la conferencia, los países industrializados, cualificados consumidores de productos energéticos, trataron de poner sobre el tapete la cuestión energética. El debate se frustró por la decidida negativa de los países exportadores de petróleo a cuestionar el alza de los precios en Manila y por la ayuda que a éstos prestaron el grupo de los 77, que aun quejándose del nuevo precio de los crudos, prefirieron mantenerse al margen para no romper la armonía y solidaridad del Tercer Mundo en la conferencia.La OPEP defendió, frente a las presiones occidentales, que el tema energético era conveniente examinarlo en otro marco distinto a la UNCTAD. Esta postura moderada se volvió radical cuando Estados Unidos presentó un informe en el que se afirmaba que, fijando el precio del barril de petróleo para lo que resta de año en dieciséis dólares, los países exportadores de petróleo verían incrementados sus superávits en la balanza exterior en una cantidad próxima a los 29.000 millones de dólares y los países pobres verían aumentar sus déficits exteriores a 40.000 millones de dólares.

La puesta en circulación del citado informe, considerado «provocador» por los miembros de la OPEP, motivó que incluso se rechazara una resolución del bloque occidental en el que se encomendaba a la Conferencia la tarea de garantizar un equilibrio entre oferta y demanda en los suministros energéticos.

Negativa a un pacto de cereales

El director general de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación) dejó entrever en la conferencia el fantasma del hambre. Eduard Saounia hizo hincapié en la necesidad de acabar con el proteccionismo agrícola occidental, del establecimiento de términos de intercambio justos y de llegar a un «nuevo pacto de cereales». La UNCTAD, en este tema, sólo llegó al acuerdo de crear un stock regulador del cacao para evitar las fluctuaciones de precio en época de excedentes o escasez de dicho producto.En el tema del azúcar, la UNCTAD sirvió para que el ministro de Comercio cubano criticara con dureza a la Comunidad Económica Europea y a Estados Unidos de contribuir decisivamente a la depresión de su precio y por la negativa de estos países a participar en el acuerdo internacional sobre este producto.

Fondo común frustrado

En los prolegómenos de la UNCTAD, el grupo de los 77 incidió públicamente en la necesidad de crear un fondo común que evitase las fluctuaciones de los precios en los productos primarios, lo que propiciaba irregularidades graves en las balanzas de pagos de los países en desarrollo. En medios de la UNCTAD se hicieron previsiones sobre las aportaciones de dicho fondo y se estimó la cantidad de 350 millones de dólares como suficiente para compensar los altibajos en el comercio con el Tercer Mundo.Durante toda la conferencia se trató de crear el fondo, que sería fruto de aportaciones voluntarias de los países desarrollados fundamentalmente. Irak se distinguió sobremanera en esta demanda, que resultó frustrada al conseguirse al final de la misma un total de 87 millones de dólares para el citado fondo común.

La UNCTAD, en su sesión de clausura, decidió convocar para finales del presente año una conferencia que estudie las prácticas comerciales restrictivas y anunció un examen anual de los esquemas ,de producción y de comercio. Aceptó la organización de reuniones separadas de los países en desarrollo en el seno de la propia UNCTAD e hizo, por último, un llamamiento para que los países resistan a las presiones inflacionistas.

Los comentarios de los representantes al término de la UNCTAD han sido negativos. Dos autoridades occidentales, el ministro de Economía de la República Federal de Alemania, Otto Lambsdorff, y el ministro británico de Comercio, Cecil Parkinson, pusieron de relieve que una conferencia económica que « ha evitado el tema energético ha acabado con su propia credibilidad». Por su parte, un delegado africano explicó en la clausura de la UNCTAD que «no Podemos esperar ninguna ayuda de los países desarrollados y hemos de ayudarnos a nosotros mismos». «Este es» concluyó, «el mensaje de Manila».

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