Contra el divorcio
Acabo de leer una noticia que no quiero dejar pasar sin hacer algunas consideraciones. El señor Cavero tiene prisa por sacar la ley del divorcio, casi está haciendo trabajar «horas extras» a algunos de su gabinete. ¿Se ha parado a pensar quizá en la gravedad de esta decisión? Es un hecho de experiencia que el divorcio no ha solucionado los problemas de la familia: a algunas personas les ha solucionado momentáneamente su situación afectiva; en cambio, ha agudizado algunos problemas familiares.Porque sucede que los problemas matrimoniales no existen porque haya unión indisoluble. Los hay, y todavía mayores, cuando se implanta el divorcio. El divorcio produce divorcio. El ejemplo de los padres divorciados induce a los hijos a la ligereza en la valoración del matrimonio.
Si el amor falla, no quiere decir que la familia falle. Hay que buscar las causas -para darles solución-, pero manteniendo la unidad fundamental. La felicidad no se logra rompiendo vínculos. La falta de madurez causará estragos ahora y después. El descontrol afectivo de un divorciado puede llevarle a hacer daño a sus futuros cónyuges, además del daño que ya le hizo a los hijos de la primera unión.
Dar cabida al divorcio en la legislación de un país es quitar de en medio el sacrificio como algo fundamental para la persona y la sociedad. Es subestimar la vida. Es, en último término, resolver un problema de egoísmo a unas cuantas personas, abrirles el camino a otras para que atropellen con su individualismo al resto desconocer la indefensión de los más débiles.
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