El congreso del PSOE

«Después de la gran tempestad, en vísperas del congreso del Partido Socialista Obrero Español, las aguas han vuelto a su cauceFelipe González y su equipo pueden presentarse sin grandes preocupaciones ante su partido y enfrentarse a las tradicionales críticas de la base (...). La intención del secretario general era el arrojar el tema del marxismo en el debate al principio del congreso, para evitar una pérdida de tiempo con esta discusión, bien sea para que el adjet vo marxista se mantenga o desaparezca (...). González repitió de nuevo su propuesta de suprimir el término marxista del partido, lo que provocó una profunda reacción en las bases. Muchos viejos militantes conservan una relación sentimental con el término marxismo y creen que al suprimirlo el partido perderá una gran parte de su historia y tradición. Con toda probabilidad se conservará el término marxismo, pero agregándole otros adjetivos para hacer evidente que, además de los marxistas, hay otros militantes dentro del PSOE, que responden a otras ideologías (...).

Aunque no se produzcan grandes cambios en la dirección del partido, este XXVIII Congreso del PSOE es un hecho importante de la política europea. El PSOE es no sólo el más viejo partido español, sino también el que cuenta con mayor número de militantes (...). Este partido necesita mayor claridad en su programa y nuevas formas de organización.

La crítica se dirige contra la tendencia a un centralismo democrático, la falta de información de los militantes, la concentración del poder en pocas personas, sobre todo en Alfonso Guerra(...) Nadie duda de la capacidad política y de organización de Alfonso Guerra, su gran poder en el partido es el resultado de la incapacidad o de la pasividad de la mayoría de los otros miembros del Comité Ejecutivo (...).

En Europa interesa sobre todo las perspectivas futuras de las relaciones entre socialistas y comunistas en España (...). Los dirigentes socialistas están en contra de una estrecha unión con los comunistas (...)»

17 mayo