Medios socialistas intentan reducir el alcance de la polémica ideológica
La comisión ejecutiva del PSOE celebró ayer una extensa reunión, en la que se cree fue acordada la preparación del XXVIII Congreso y la polémica ideológica abierta a pocos días de su inauguración. Durante la jornada de ayer continuaron las reacciones en distintos medios socialistas, muchas de ellas en el sentido de considerar que esta polémica es un falso problema.
Una interpretación bastante extendida en los medios políticos, en torno a la actitud del secretario general del PSOE, es que Felipe González parece dispuesto a evitar la radicalización de la imagen del partido, que sería poco compatible con la necesidad de perfeccionar sus cuadros, aglutinar un trabajo coherente en los distintos terrenos -parlamentario, municipal, sindical- y profundizar en la vía de la alternativa de poder. En la etapa dictatorial -afirman algunas fuentes- no tenía mucha importancia práctica hacer o no cierta declaración expresa de principios, pero ahora la comparecencia periódica ante los electores hace necesario responsabilizarse de lo que se dice.Algunas de las reacciones antes mencionadas tienden a encontrar fórmulas de solución o mediación en el problema ideológico, a fin de salvar sus aspectos espinosos con una solución que permita dedicar la atención principal a otras cuestiones de estrategia, más importantes que la discusión ideológica. En este sentido, el señor Obiols, dirigente del partido de los Socialistas de Cataluña, declaró a la agencia Efe: «Los socialistas catalanes vamos a llevar al congreso del PSOE una fórmula que dice que el marxismo es un método de análisis de transformación de la realidad, pero que se respeta el carácter laico del partido, en el sentido de propiciar la libertad de discusión y pensamiento.»
«Esta fórmula -prosigue el señor Obiols- puede servir de puente entre los que quieren suprimir por completo la referencia al marxismo y los que quieren mantener el marxismo como doctrina.»
Otra declaración realizada durante la jornada de ayer es la de José María Triginer, quien manifestó a Europa Press: «Muchos militantes socialistas, somos marxistas, pero ello no implica necesariamente que el partido, que es un instrumento, tenga que serlo. » Y agregó: «El partido no cambiará por el hecho de que se diga en los estatutos si es o no marxista; esto no cambia la naturaleza del grupo político, aunque sí influya en su imagen.
Falso dilema
A su vez, dos socialistas de Madrid, los señores Turrión y Abejón, han puesto de manifiesto que el documento por ellos redactado -junto con otro grupo de socialistas madrileños-, con el título Reflexiones socialistas ante el XXVIII Congreso, contiene un amplio tratamiento del problema ideológico, en el sentido de señalar que en el PSOE siempre han convivido marxistas y militantes seguidores de otras escuelas del socialismo humanista.En este sentido -prosiguen- «el que ahora nos llamemos marxistas o no, es algo que para muchos militantes de nuestro partido carece de importancia, pues no hará cambiar nuestros orígenes ideológicos», pero silenciar éstos es provocar la desilusión del pueblo, ya que para éste «el abandono del marxismo tiene tan poco sentido como hacer constante acto de fe del mismo; porque por lo que luchan es por su emancipación y por el ideal de una sociedad socialista donde la explotación y su condición de oprimidos termine. Y esto, al margen de discusiones académicas, es para ellos marxismo, que intuyen por sentimiento o razonan por conocimiento.
Y añaden que el dilema de convertirse en una organización política integrada en el sistema -puramente reformista o socialdemócrata- o afirmarse como una fuerza inequívocamente radical, constituye un falso dilema. «Ni una cosa ni la otra están en la tradición del partido ni responde a las necesidades de la clase trabajadora y demás capas populares ele España.»
