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El Valladolid no concretó sus aspiraciones

A dos minutos del final, y con diez jugadores en el campo, logró el Getafe superar en el marcador al Valladolid. Ambos equipos ofrecieron un encuentro entretenido, con fútbol ofensivo y acciones peligrosas de cara al marco rival. El Getafe se impuso especialmente en la segunda mitad, pero a punto estuvo, tras haber marcado Martínez el primer tanto, de perder el lance por la torpe y violenta acción del defensa Laguna, que se autoexpulsó -manotazo en el cuello a Rusky-, a nueve minutos del final. En la siguiente jugada, el agredido Rusky empató el partido, pero finalmente el Valladolid, en un error de marcaje, vio escapar un punto de oro y acaso toda posibilidad de ascenso.Puede afirmarse sin caer en error que Las Margaritas vivió el domingo el mejor partido del campeonato. Quizá contribuyera a ello el magnífico ambiente en las gradas, del que pudieron contagiarse los jugadores. Lo cierto es que el choque se planteó de salida con claras tendencias atacantes, empleando el Valladolid un esquema ofensivo sin caer en el típico y medroso 4-4-2 de los desplazamientos. Gail, Botella y Rusky buscaron siempre la penetración, y forzaron jugadas peligrosas, bien movidos por Moré. Fue éste quien hizo emplearse por vez primera a Vidal, y a renglón seguido, Valle -enorme todo el partido- sacó bajo los palos un reinate de Gall.

No se encogió el equipo getafense que, en oleadas brillantes desde atrás, por la brega de Alfonso, las subidas de Valle y Laguna y la labor del reaparecido Pepe Juan, comenzó también a poner en aprietos a Llácer hasta en tres remates con sello de gol de Laguna, Galán y Alfonso. Sin embargo, en los quince minutos previos al descanso se diluyó el ritmo del choque. Al Valladolid, ciertamente, y pese a su lucha, le faltó siempre «algo» para concretar esas aspiraciones de ascenso, mientras que en el bando local Carmelín, Galán y Martínez, desacertados, suponían una rémora al buen juego general.

La historia del partido cobró especial emoción en la segunda mitad. Tras unos comienzos prometedores del equipo de Pachín -disparos de Estella, Moré y cabezazo de Gail, con aciertos de Vidal-, el Getafe se volcó hasta el punto de «fabricar» clarísimas ocasiones. La de Galán, solo ante Llácer, resultó clamorosa, y un nuevo testarazo del ex ovetense lo detuvo también el excelente meta vallisoletano. Hasta que llegó el gol de Martínez y se amplió la acción ofensiva getafense. Cortés sacó un balón bajo los palos, a remate de Alfonso, y una gran jugada de Pepín no encontró culminación. Y a nueve minutos del final llegaron las jugadas clave reseñadas. Laguna, que estaba realizando un buen partido, quiso ser fiel a sí mismo y agredió torpemente a Rusky, tras una dura entrada de éste. Aprovechó el Valladolid la coyuntura para igualar, pero le faltó luego ese «algo» que va a impedirle el ascenso, como le impidió puntuar en Getafe.

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