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Suárez defiende la autodeterminación del pueblo saharaui

La crisis política y militar del Sahara constituye el núcleo central de las conversaciones que el presidente del Gobierno español, Adolfo Suárez, inició ayer en Argel con el primer ministro de este país, Mohamed Abdelghani, y el secretario general del Polisario, Mohamed Abdelaziz, en el curso de su visita oficial a Argelia, que comenzó en las primeras horas de la mañana del lunes. «Se trata de lograr la autodeterminación del pueblo saharaui», afirmó textualmente Suárez.

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La visita de Suárez a Argel coincide con un momento de crispación en el Sahara

El secretario general del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz, informó al presidente Suárez de la situación política y militar del Sahara y le confirmó la existencia de conversaciones de paz entre representantes de Mauritania y saharauis. Esta conversación, que el presidente Suárez calificó de privada, supone un giro importante en la política exterior española frente al problemá sahariano. La entrevista del presidente Suárez con el primer dirigente del Frente Polisario se convirtió ayer noche en Argel en el primer tema de la visita oficial del presidente Suárez a Argelia. El presidente Suárez había llegado por la mañana a la capital argelina, acompañado de los ministros de Asuntos Exteriores e Industría, señores Oreja y Bustelo , y fue recibido en el aeropuerto de Dar el Beida por su homólogo argelino y por el ministro de Asuntos Exteriores de este país señores Abdelghani y Benyhia, respectivamente. Después de la ceremonia oficial de recibimiento el jefe del Gobierno español hizo unas breves declaraciones en las que insistió en que el Sahara sería tema central de las conversaciones de Argel.El presidente mantuvo el suspense hasta el último momento. Pasó siete horas de conversaciones con el primer ministro argelino, Mohamed Abdelghani, con comida de trabajo incluida, y a última hora de la tarde recibió al secretario general del Polisario en su residencia de Djenane Muplity, adonde fue convocado sigilosamente el primer dirigente saharaui, Mohamed Abdelaziz. Luego, el presidente se trasladó al hotel Aurasis para asistir a la cena oficial que le ofreció su colega y allí, después de llegar con una hora de retraso, desveló a los informadores españoles el primer contenido político de su estancia en Argel.

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El Gobierno español se compromete con mayor claridad con la causa saharaui

(Viene de primera página)

Suárez comenzó su declaración (las 10.30 hora española) diciendo que había conversado con su colega argelino durante cerca de siete horas sobre temas bilaterales e internacionales, y muy especialmente sobre proyectos de cooperación económica hispano-argelina. En el plano internacional, el presidente citó temas como el Oriente Próximo, Conferencia Norte-Sur, Conferencia Europea de Seguridad y Cooperación, Mediterráneo (insistió en este tema) y Sahara.

Después de añadir que hoy será recibido por el presidente Chadli Benjedid, el jefe del Gobierno español relató que había recibido a título privado al secretario general del Frente Polisario. Se refirió Suárez al Frente como partido y mencionó la UCD, y explicó que había escuchado del señor Abdelaziz una información sobre el desarrollo de la crisis política y militar del Sahara.

En respuesta a una pregunta, el señor Suárez declaró que el dirigente saharaui le había informado de los planes de paz negociados entre saharauis y mauritanos, con la mediación libia (lo que supone la primera confirmación oficial, a alto nivel, de la existencia de dicho proyecto) y se negó a desvelar la posición española sobre dicho plan de paz, afirmando que hoy daría más detalles sobre el tema en el curso de la conferencia de prensa prevista al cierre de su estancia oficial en Argel. El presidente sí quiso puntualizar, en relación con el Polisario, que España mantiene su posición oficial de defender el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui en el marco de las Naciones Unidas.

Se espera la reacción marroquí

Esta precisión del señor Suárez intenta tranquilizar a los dirigentes marroquíes, que no tardarán en reaccionar al encuentro Suárez-Abdelaziz (que bien podría calificarse de rotunda réplica del Gobierno español a las recientes declaraciones del ex primer ministro marroqui, Osman, reivindicando sin matices, Ceuta y Melilla).

Pero la realidad es que, por mucho que se empeñe el presidente en situar este encuentro en el marco de las relaciones interpartidarias UCD-Polisario, la entrevista tiene otra dimensión que compromete al Gobierno español de una manera bastante clara con la causa saharaui. Lo que constituye un giro importante de la acción exterior de España ante la crisis del Sahara y no tardará en surtir efectos y, de manera especial y a corto plazo, en las relaciones hispano- argelinas.

En Argelia se detecta una profunda satisfacción por el encuentro -un éxito de su diplomacia- y ello facilitará el relanzamiento de las relaciones con Madrid, y, de especial manera en el plano económico, se espera que hoy se anuncien ambiciosos proyectos de cooperación y no se excluyen próximos viajes de ministros técnicos del Gobierno a Argelia para desarrollar estos temas (el ministro de Industria, Carlos Bustelo, no celebró las entrevistas técnicas que tenía previstas en Argel porque Suárez requirió su presencia durante las conversaciones políticas). Quizá la única entrevista técnica fue la que mantuvo el secretario de Estado de Pesca, señor Aldasoro, con su homólogo argelino.

Suárez se muestra relajado

Falta hoy por ver el desarrollo de las conversaciones Madrid-Argel en lo político y técnico. Suárez fue recibido con una cierta frialdad (la prensa argelina acusaba a España de haber cometido error histórico con el Sabara y pedía un -gesto, como el del Polisario) y durante la ofrenda de flores que hizo a la tumba del ex presidente Bumedian apareció bastante rígido y con aspecto de cansancio y preocupación. Luego, después de la breve declaración nocturna, el presidente se mostró relajado y sonriente ( con un cierto aire torero al desvelar su secreto) y concluyó sus palabras diciendo que con los argelinos no se habló de la OTAN ni de Canarias.

Sobre este último tema, el presidente había hecho una pequeña alusión a su llegada, al decir que las -relaciones con Argelia debían desarrollarse en el mutuo respeto y en la no injerencia en los asuntos internos de los Estados. Falta ahora por ver si Argel devuelve el gesto y garantiza que el tema de la africanidad de Canarias está anulado. Por el momento es cierto que el movimiento independentista canario MPAIAC mantiene su delegación oficial en Argel como movimiento de liberación.

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