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El establecimiento de la libre competencia, clave para la superación de la crisis

Las economías occidentales, entre las que está la española, se están acercando, aunque sea lentamente, a una fase de recuperación, que llegará tras un periodo de dos o tres años de inflación, paro y políticas monetarias restrictivas, dijo ayer el presidente del Banco de Bilbao, José Angel Sánchez Asiaín, en la junta general de accionistas de la entidad.

El señor Asiaín, que pasa por ser uno de los teóricos más importantes de la banca española, planteó en su intervención que estamos en el momento del cambio de todo un sistema. La banca de los ochenta, dijo, no tendrá nada que ver con la que hemos conocido hasta ahora.La parte central del discurso del presidente del Bilbao estuvo dedicada a reflexionar sobre lo que en su opinión deben ser las líneas básicas del sistema económico de la próxima década, y sobre la integración de la banca en el mismo.

Insistió a lo largo de su intervención en una visión optimista de la salida de la actual crisis, crisis de inflación y paro. A partir de los primeros años ochenta (1981-1982, dijo el señor Asiaín) podrá comenzar la fase de recuperación. Esa recuperación constituirá un gran reto para la banca, ya que tendrá que proveer financiación adecuada para superar los destrozos provocados por la crisis. El problema no será sólo de cantidad de recursos a suministrar, sino también de calidad.

En ningún momento del discurso el señor Asiaín se refirió a los problemas que plantea a su entidad la cuestión vasca. Tampoco habló de nacionalizaciones, democracia, relaciones laborales, libre empresa y demás conceptos al uso. En la primera parte de su intervención, leída ante varios millares de accionistas, el presidente del Bilbao recordó los planteamientos hechos en 1969, año puente del banco, en el que se puso en marcha un programa de renovación. Los objetivos fijados entonces se concretaron en la expansión a todos los niveles (oficinas, recursos, empleos ... ); diversificación de actividades para cubrir toda la gama de servicios financieros y descentralización en la toma de decisiones.

Los objetivos, dijo, están prácticamente cumplidos, ya que contamos con una red de más de mil oficinas, que no debe tener más crecimiento que el vegetativo. En materia de servicios financieros, el Bilbao dispone de 51 sociedades, que cubren toda la gama de operaciones y que han generado en los últimos cuatro años unos 6.500 millones de pesetas de beneficios reinvertidos en su expansión. En cuanto a la descentralización de decisiones, se han dado los pasos para crear redes regionales con autonomía.

Después de estas consideraciones, el señor Asiaín planteó la necesidad de un cambio de estrategia para afrontar una etapa distinta. «No sólo ha cambiado el banco, sino que fundamentalmente lo ha hecho el contorno político, social y cultural que le rodea.»

Como problema prioritario para la banca en estos momentos, el presidente del Bilbao señaló el del control de los costes operativos y el de la gestión interna industrial de los servicios financieros. La demostración evidente del cambio la situó en la aparición y operativa de los ordenadores y de la informática aplicada al negocio bancario.

Otro aspecto al que dedicó mayor atención y que constituyó también la trama central del discurso fue el del marco en que se desenvuelve la actividad económica. Dijo: «Vivimos en una sociedad que tiene que seguir progresando científica, industrial y económicamente, pero que, a la vez, ha perdido, en cierta medida, su fe en el progreso. Una sociedad que no puede prescindir de la compIejidad que le permite subsistir, pero que teme cada vez con más pasión esa complejidad en lo que tiene de despersonalizante.» Señaló luego que la actividad económica, la actividad empresarial, se da en un entorno que hay que comprender y entender que no es sólo político, sino también cultural. Ese entorno cultural tiene «una aspiración prevalente, que es la conquista de la igualdad. Pero una igualdad que se espera que venga desde arriba. Con apenas esfuerzo personal. De una forma superficial y ligera se llega así a pensar que esa igualdad coincide con la libertad, aunque, en realidad, y bajo el término de igualdad, se está escondiendo el deseo de una seguridad a ultranza, por la que incluso se está dispuesto a pagar el precio de las libertades. Aquí se encuentra la raíz de los problemas económicos y políticos más frecuentes hoy: el miedo a pensar, la renuncia a la imaginación, la falta de ahorro y de inversión, la desvalorización del sentido del trabajo profesional y la resignada confianza en que el Estado, al final, resolverá todos y cada uno de los problemas. A través de una trampa semántica hemos heredado fórmulas y no realidades, batallas de palabras, pero no de ideas».

Continuó reriéndose a la reaparición del liberalismo económico como sistema para superar la crisis. Destacó el despilfarro de muchas intervenciones estatales y defendió la restauración de la libre competencia.

Previamente, el consejero delegado, Emilio Ybarra, comentó los resultados del ejercicio y la marcha del banco en los primeros meses de este año.

Los resultados están resumidos en el cuadro adjunto, que resume la cuenta de pérdidas y ganancias. Esta pone de relieve una importante dotación a fondos de autoseguro y a saneamiento de la cartera de valores. El señor Ybarra destacó la aparición de nuevas tensiones monetarias y señaló que según las previsiones del banco los objetivos de política económica del Gobierno son en estos momentos inalcanzables.

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