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Juicio contra los presuntos asesinos del capitán Herguedas

En la sección segunda, de lo Penal, de la Audiencia Nacional se celebró ayer la vista de la causa que se sigue contra siete presuntos dirigentes del PCE (r) y los GRAPO, algunos de ellos también acusados de estar implicados en la muerte del capitán de la Policía Armada Florentino Herguedas, ocurrida en Madrid en septiembre de 1977. Los acusados negaron toda participación en estos hechos, aunque no su relación con los grupos citados. La sala estaba completamente abarrotada de público.

Cuatro de los procesados están acusados de constituirse en comision ejecutiva de una organización ilegal, que entre sus funciones tenía la de decidir la reafización de actos violentos con fines de represalia, cuya ejecución encomendaban a comandos armados. Son Manuel Pérez Martínez, secretario general; Francisco Javier Maldonado Rosso, encargado de propaganda; José Balmón Castell, responsable de organización, y Francisco Brotons Beneyto, responsable de la sección técnica y jefe de los comandos armados.Brotons está además acusado de ser quien decidió la muerte del capitán Herguedas. Juan Martín Luna, presunto jefe de los comandos de Madrid y Barcelona, está acusado de ser autor material de la muerte del oficial.

Por último, José Ramón García Bartolomé, presunto encarg ado de documentación, y Nuria Hernaiz Valero, esposa de este último, al que ayudaba en su labor, están acusados de tener un fichero con los datos de filiación e información de miembros de la policía, el Ejército y funcionarios del Gobierno, que fue encontrado en el reg istro de su domicilio, así como dieciséis cartuchos de goma-2, un detonante eléctrico y munición rara pistolas y metralletas.

El primer interrogado fue Juan Martín Luna, quien admitió pertenecer a un comando de los GRAPO, pero sin ser responsable del mismo. También negó su participación en el asesinato y dijo desconocer una nota en la que se explicaban los horarios y trayectoria habitual del capitán Herguedas. También explicó las diferencias entre el PC(r) y los GRAPO, que nada tienen cluver, según dijo, porque el primero es un partido proletario cuyas luchas son sindicales y políticas mientras los GRAPO son una organización militar cuyos objetivos son el comunismo y el antifascismo.

Después declaró Francisco Brotons, quien admitió ser dirigente del PC (r) y miembro de los GRAPO. También negó su participación en la muerte del ca pitán y afirmó que sus declara ciones habían sido hechas bajo coacción y tortura. Por su parte, Manuel Pérez Martínez declaró que había sido elegido secretario general del PC (r), pero que no pertenece a los GRAPO.

En un momento de su declaración se refirió a la muerte de Delgado de Codes, denunciando «ante este tribunal este hecho que clama al infierno, y que por supuesto va a desatar las iras del infierno», ante lo que el presidente puntualizó que la manifestación no venía al caso. También dijo Pérez Martínez que el PC (r) nunca ha tomado decisiones de actos violentos, porque no es esa su misión.

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José Balmón y Francisco Maldonado admitieron tener los cargos dirigentes en el PC (r) que se les atribuían, y ambos negaron tener que ver con el asesinato, aunque -manifestó Maldonado- «el PC (r) ve con simpatía diversas acciones armadas, no sólo de los GRAPO, sino de ETA, del MPAIAC».

García Bartolomé admitió ser el encargado de documentación y archivo de los GRAPO, la elaboración del archivo, con datos de policías, «para llevar un control lo más amplio posible de los enemigos», aunque nunca lo utilizó, y tener conocimiento del depósito de armas encontrado en su domicilio, que estaba allí «en calidad de depósito», según afirmó. Su mujer, Nuria Hernaiz, dijo que había colaborado con su marido en el archivo, para ayudarle, pero sin pertenecer a ninguna organización.

El fiscal ha modificado sus conclusiones y reducido ligeramente sus peticiones de pena para algunos de los acusados. Las peticiones actuales van desde los 37 años para Martín Luna, a seis años para Nuria Herráiz, y suman en total 146 años de cárcel. Los defensores piden la libre absolución.

Incidente final

La vista terminó hacia las ocho y media. Al final, al preguntar el presidente a los procesados si tenían algo que añadir, Manuel Pérez Martínez hizo unas manifestaciones sobre el carácter revolucionario de su partido, tras lo cual los procesados cantanron La Internacional.En ese momento hicieron su aparición en la sala fuerzas antidisturbios que desalojaron al público y a los procesados, a estos últimos en forma particularmente violenta, según relato posterior de los abogados defensores. Estos últimos han presentado denuncia en el juzgado de guardia, tanto por la forma en que se produjo el desalojo como por el hecho de que, según ellos, el presidente de la sala no dio autorización para la entrada de la fuerza pública.

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