Fuga de un presunto implicado en la matanza de Atocha

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José María Mohedano afirmó que en la tarde de ayer se había desplazado al palacio de Justicia para interrogar a un testigo del caso Atocha en presencia del señor Gómez Chaparro, y que el magistrado no le había comunicado nada en relación con la fuga de Fernando Lerdo de Tejada. «Estimo que el magistrado, cuando recibió la solicitud de permiso de salida, debió haberla trasladado al ministerio fiscal y a la acusación privada -añadió- Me parece una irresponsabilidad la concesión de este permiso, más aún cuando el señor Gómez Chaparro dejará en breve de ser el magistrado encargado del caso, porque pasará a la jurisdicción ordinaria.»

Según la legislación vigente, en los casos de presos preventivos que solicitan un permiso, la Dirección General de Instituciones Penitenciarias se limita a informar al juez correspondiente sobre la conducta del recluso en la prisión y su vinculación con la familia. El magistrado fue, por consiguiente, quien concedió al procesado el permiso de Semana Santa.

Las primeras noticias sobre la fuga del señor Lerdo de Tejada fueron conocidas por el senador de UCD Rogelio Borrás, presidente del Patronato de la Merced de Ciudad Real, quien solicitó confirmación al director de la cárcel. El señor Borrás no tenía conocimiento alguno respecto a la salida de Fernando Lerdo de Tejada. Otro de los implicados en el mismo caso, Francisco Albadalejo, presunto instigador del quíntuple asesinato, recibió también un permiso similar, concedido por el señor Gómez Chaparro, pero se reintegró a la prisión una vez concluida la licencia.

En medios jurídicos de Madrid se expresaba anoche una gran extrañeza por el hecho de que la fuga del señor Lerdo de Tejada no haya sido comunicada públicamente desde el primer momento y se recordaba que en otros casos de presos que no se han reintegrado a la cárcel al término de su permiso la policía ha difundido rápidamente sus datos para facilitar su nueva detención.

Fernando Lerdo de Tejada, natural de El Toboso (Toledo) e hijo de unos ricos terratenientes, fue, según las primeras investigaciones policiales, el encargado de cubrir la retaguardia, armado con una pistola, de quienes asesinaron a los cinco miembros del despacho laboralista de Atocha.