El conflicto de hostelería podría resolverse mediante negociación empresa por empresa
No es fácil aventurar, cuando el conflicto entra ya en su tercera semana, cual puede ser la salida de la huelga de hostelería de la costa del Sol. En algunos hoteles la situación se va normalizando mediante negociaciones directas entre las empresas y los respectivos comités. En medios de la patronal hay confianza en que sea así como se resuelva el problema, mientras que las centrales sindicales -para las que sería un fracaso este final- anuncian medidas de presión a nivel nacional para que sean aceptados por los empresarios de hospedaje los acuerdos de Madrid.Hay, evidentemente, cansancio en los trabajadores y hay también falta de medios económicos después de dos semanas de huelga. Varios comités de empresa y asociaciones de vecinos han empezado a hacer colectas para ayudar a los huelguistas.
Gloria Fernández, líder de hostelería de CCOO, mostró su extrañeza a EL PAIS por el hecho de que algunas empresas están ofreciendo a sus trabajadores, para que se reincorporen condiciones superiores a las contenidas en los acuerdos de Madrid que no quiere aceptar la patronal en su conjunto. En algunos casos, la normalidad ha vuelto a los hoteles después de que los trabajadores hayan aceptado el despido de un compañero. Tal ha ocurrido, por ejemplo, en el hotel Cervantes, de Torremolinos, donde no ha sido readmitido un trabajador que, formando parte de un piquete, rompió una de las lunas del establecimiento.
Por otra parte, en la noche del domingo se inició un encierro de unos cincuenta trabajadores en la iglesia de Fuengirola. Fue el único incidente notable de todo el fin de semana, además de dos manifestaciones -que se desarrollaron con normalidad- en Estepona y Torremolinos.
Fuentes de UGT informaron ayer a EL PAIS que se están haciendo gestiones para que la Dirección General de Trabajo deje sin efecto el laudo dictado para el sector, por haberse observado en el texto algunos defectos de tipo jurídico, lo que viene a demostrar, según el secretario provincial de la central socialista, «la precipitación con que se dictó la norma de obligado cumplimiento».
Por lo demás, la situación sigue siendo normal en bares, restaurantes, discotecas y salas de fiestas y toda la zona está viviendo con preocupación este conflicto, del que lógicamente se están derivando serios perjuicios económicos.
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