Carlos Ferrer destaca la dificultad del problema vasco y la necesidad de nuevas relaciones laborales
Carlos Ferrer Salat, presidente de la CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales) y portavoz del grupo de trece españoles que ayer ingresó en la Trilateral, manifestó en la décima reunión de esta comisión, que agrupa representantes de Estados Unidos, Japón y Europa, su convencimiento de que «España tiene grandes posibilidades de desarrollo y que la estabilidad de los países del sur de Europa constituye un elemento esencial para el mundo occidental».Ferrer Salat, en su discurso ante los miembros de la Trilateral, hizo una exposición y comentarios sobre la evolución y la presente situación en España. En el primer punto destacó la etapa de transición de un régimen autoritario a una democracia dentro de un «proceso relativamente pacífico», en el que el Rey tuvo un «fundamental papel». Resaltó la aprobación de la nueva Constitución y analizó los resultados de las dos elecciones generales legislativas. Al tocar este tema saco cuatro conclusiones: la consolidación del partido en el poder (UCD), la impresión de derrota del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el avance poco significativo del Partido Comunista de España (PCE) y la potenciación de los partidos nacionalistas y regionalistas. De las elecciones municipales del pasado día 3 hizo hincapié en la victoria numérica de UCD y las victorias «parciales de partidos de izquierdas en las ciudades más importantes, como Madrid, Barcelona, Valencia», así como el control que los partidos Socialista y Comunista ejercerán en 2.000 ciudades tras su acuerdo global sobre elecciones de alcaldes.
El presidente de la CEOE afirmó a continuación que la consolidación de la democracia en nuestro país ha de pasar por cuatro filtros: la solución a la crisis económica, el establecimiento de un nuevo marco para las relaciones laborales, la solución de las autonomías y el problema vasco.
Después de pasar revista al balance económico de 1978, manifestó que la economía en nuestro país es delicada, por una tasa de paro que alcanza el 8,2% de la población activa (más de un millón de parados), una tasa de inflación doble a la que existe en los países de la OCDE y un índice de inversión que disminuye por cuarto año consecutivo.
Ferrer Salat, tras comentar la dependencia de los principales sindicatos obreros españoles a los partidos Comunista y Socialista, manifestó la necesidad de una reforma del marco global en relaciones laborales. «Es necesario -dijo- que las nuevas organizaciones sindicales y las empresariales lleguen a un acuerdo lo antes posible sobre los principios fundamentales que deben gobernar estas relaciones laborales.»
Tras destacar la importancia del movimiento empresarial, comentó el futuro inmediato, destacando que «el nuevo Gobierno parece consciente de la necesidad de elaborar un programa económico por varios años, que permitirá la recuperación de la inversión privada y que mantenga la lucha contra la inflación y una sana balanza de pagos». Después de insistir en un nuevo marco para las relaciones laborales, destacó que «la solución a la situación vasca parece la más difícil».
Partidario del ingreso de España en la CEE, consideró que respecto al ingreso en la OTAN la «posición del Gobierno es que nuestro acceso debe tener en cuenta las limitaciones que se derivan tanto de nuestras peculiaridades como de exigencias de seguridad y la necesidad de un amplio apoyo en España para esta integración».
El accidente de Harrisburg, un problema psicológico
En la segunda sesión de la Trilateral, celebrada ayer en Tokio, se comentó la situación de Irán, las repercusiones del accidente ocurrido en la central norteamericana de Harrisburg, las reservas energéticas mexicanas, el comercio con la República Popular de China y el problema de Indochina.Con respecto al accidente nuclear norteamericano, se dijo que el accidente de Harrisburg no era más que «un problema psicológico y que los países de la Trilateral estaban estudiando con gran interés».
El ex secretario norteamericano de Estado Heriry Kissinger, que participó en esta sesión, habló de la necesidad de que todos los países miembros de la Trilateral ayuden a China comunista para que pueda llevar a cabo sus planes de modernización y apertura al mundo, así como de la urgencia de una colaboración para la solución del problema de la península de Indochina.
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