Responsabilidad del PSA
Lo más llamativo de las pasadas elecciones en Andalucía ha sido el avance del PSA, partido al que se han transvasado gran número de votos del PSOE, a causa de la decepción provocada por la política de pactos socio, económicos, consensos parlamentarios y gestión de una preautonomía vacía de contenido.Sin embargo, este éxito electoral del PSA no debe llevarle a perder de vista que los votos del pueblo andaluz no son un cheque en blanco para que en el Parlamento o en los ayuntamientos pueda actuarse al margen de los trabajadores. Estos han aprendido a ser críticos, como lo demuestra la amplia repulsa con que ha sido acogido en Andalucía el voto de confianza otorgado a UCD por el PSA en la sesión de investidura del presidente Suárez.
Tal error político es díficilmente justificable. Nadie puede creerse que el Gobierno de UCD, gestor de los intereses del gran capital, vaya a favorecer a Andalucía rompiendo la lógica del sistema capitalista vigente, que consiste en concentrar la riqueza en determinadas zonas a costa del subdesarrollo de otras.
Tampoco valía la pena hacerlo a cambio de obtener el apoyo de UCD para formar un grupo parlamentario propio, pues apoyarse en el poder actual es prostituir la propia imagen e hipotecar la propia política, ahogándola en un mar de contradicciones y ambigüedades.