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Andreas Mihavecs

de dieciocho años, de edad, vivió en Bregenz (Austria) una experiencia inolvidable: estuvo en la cárcel de la localidad dieciocho días sin comer ni beber por un error administrativo. El día de su detención Andreas acompañaba a un conductor de automóvil en estado de embriaguez. Tuvieron un accidente grave y la policía mandó a la cárcel al copiloto en lugar de al ebrio responsable. Pasaron casi tres semanas y el infortunado joven estuvo a punto de morir de inanición porque la policía se olvidó completamente de su persona. El ministro del Interior, Erwin Lanc, ordenó la correspondiente investigación de los hechos. Andreas Mihavecs se recupera en un hospital.

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