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Unas doscientas mil personas se manifestaron en el "Aberri Eguna"

El PNV, ampliamente mayoritario en las manifestaciones celebradas el domingo en Bilbao, San Sebastián y Vitoria con motivo del Aberri Eguna, quiso dejar bien sentado que, pese al auge de la coalición abertzale, Herri Batasuna -mayoritaria, sin embargo, en la manifestación de Pamplona- sigue siendo la primera fuerza política del País Vasco. Unas 200.000 personas se manifestaron en las cuatro capitales vascas, tras el lema unitario «Euskadi por su autogobierno», al que diversos grupos añadieron consignas de apoyo a ETA y contra el Gobierno francés, entre otras. Ciertos conatos de enfrentamiento entre los cortejos del PNV y Herri Batasuna no llegaron a materializarse, y los únicos incidentes dignos de mención se produjeron en Bilbao, donde. fue quemada una bandera española, y en Pamplona, ciudad en la que la policía intervino contra un grupo de manifestantes que pretendían llegar a la cárcel a los gritos de «Presoak kalera» («Presos a la calle»).

La mayor concentración se llevó a cabo en Bilbao, donde participaron unas 100.000 personas, casi la mitad de las cuales se agrupaban tras las banderas y pancartas del PNV. La marcha, que duró cerca de tres horas, iba encabezada por los dirigentes de los partidos convocantes, con excepción de PNV, cuyos líderes prefirieron sumarse al cortejo de su partido. El único parlamentario que aparecía en el grupo de cabeza era, por ello, el socialista Txiki Benegas.Tras EMK-OIC, grupo al que por sorteo correspondió el primer lugar en la marcha, y cuyo cortejo se caracterizó por la profusión de .banderas y eslóganes republicanos, aparecía el bloque de Herri Batasuna, segundo grupo más nutrido entre los participantes. Una enorme pancarta, portada por más de veinte personas, proclamaba: «Por el estatuto popular, hacia la independencia y el socialismo». Tras ella, decenas de nuevas pancartas referentes, en su mayoría, a la situación de los presos de ETA, las extradiciones y la amnistía. Junto a los gritos tradicionales de apoyo a ETA destacaban los dirigidos contra el Gobierno francés, incluido uno que decía: «Giscard, fascista, te tenemos en la lista».

El cortejo del PNV iba encabezado por los miembros del Bizkai Buru Batzar, órgano regional del partido en Vizcaya, acompañados por varios parlamentarios y decenas de concejales y futuros alcaldes. La marcha era acompasada al ritmo del txistu y tamboril. Entre las consignas destacaron algunas referentes a la independencia y a la autodeterminación, como la que proclamaba: « Gaur autonomia, biar independentzia» («Hoy autonomía, mañana independencia »). Un grupo de jóvenes portaba una pancarta, firmada por EGI, rama juvenil del partido, en la que aparecía la efigie de Sabino Arana, junto a la leyenda: «Euskadi ha sido, debe ser y ha de ser independiente». También se coreó el grito: «España, escucha, Euskadi está en la lucha». De todas formas, la mayoría de las pancartas y consignas del PNV hacían referencia al Estatuto de Autonomía y al gobierno vasco.

Presencia mínima del PSOE

La mayor pancarta de la manifestación, portada por más de cuarenta personas, presidía el cortejo del PCE, y su texto, «Los trabajadores por el Estatuto de Guernica», hacía referencia al proyecto aprobado por la Asamblea de Parlamentarios vascos en diciembre pasado y a punto de ser discutido en el Congreso. Lo más sobresaliente del grupo de Euskadiko Ezkerra era una pancarta con una treintena de fotos de miembros de ETA (político-militar) actualmente encarcelados en las prisiones de Soria, Basauri y Martutene. «Con el Estatuto, los presos a casa», podía leerse bajo las fotografías. Tras ORT-PTE y LKI, la manifestación era cerrada por la representación del PSOE, compuesta por apenas 150 personas, que coreaban, entre otras consignas, la de «Gobierno obrero, programa socialista».

Casi al final de la manifestación, al paso del cortejo de Herri Batasuna por la plaza de España, un grupo de jóvenes encapuchados, que salieron de entre el público, quemaron una bandera española.

El grupo del PNV, ante la imposibilidad de acceder al paseo del Arenal, punto final de la marcha, se disolvió un centenar de metros antes de llegar a dicho paseo. Sin embargo, algunos grupos aislados de militantes de este partido fueron increpados por manifestantes de Herri Batasuna, al cruzarse ambos grupos, ya de retirada. Los de Herri Batasuna reprocharon a los simpatizantes peneuvistas su participación, el 28 de octubre pasado, en la manifestación antiterrorista («Nosotros no olvidamos el día 28»), lo que dio lugar a cierta tensión. La intervención a través de un megáfono M dirigente abertzale Txomin Ziluaga, recomendando calma a los miembros de su coalición, impidió que el incidente pasara a mayores.

El mismo Txomin Ziluaga confirmaba poco después que había habido contactos previos entre. el PNV y Herri Batasuna para evitar enfrentamientos entre ambos cortejos.

Herri Batasuna, mayoritaria en Pamplona

Unas 30.000 personas participaron en la manifestación celebrada en San Sebastián, repitiéndose la misma dispersión, en pancartas y consignas, que en las demás capitales vascas. Al finalizar la marcha, en el Boulevard, integrantes del cortejo de Herri Batasuna corearon durante varios minutos consignas referentes a ETA antes de disolverse.

En Vitoria, única capital donde no existía un acuerdo previo de todos los convocantes sobre la orientación política de la manifestación, ésta estuvo dividida en dos bloques de parecidas dimensiones, claramente diferenciados y separados entre sí por un centenar de metros. En el primero se agrupaban los partidos que defienden el actual Estatuto de Autonomía, siendo el PNV el grupo más numeroso. En el segundo bloque, integrado por EMK-OIC, LKI y Herri Batasuna, las consignas hacían referencia a la autodeterminación y a un nuevo estatuto: «Estatuto sí, pero no el de Guernica». Al paso del grupo de Herri Batasuna se multiplicaron los gritos de apoyo a ETA y las referencias a los presos vascos. Pese a que en realidad se trataba de dos manifestaciones paralelas, aunque con el mismo recorrido, algunos representantes de Herri Batasuna aceptaron colocarse tras la pancarta unitaria que abría la marcha reclamando «Autogobierno para Euskadi».

En Pamplona también hubo dos bloques separados, pero con la característica de que el presidido por las pancartas de Herri Batasuna era mucho más numeroso que el formado por todos los demás partidos convocantes. De los apenas 4.000 componentes de este último bloque, más de la mitad se agrupaban en el cortejo del PNV, correspondiendo el resto al PCE, LKI, EMK-OIC y ORT-PTE. El grupo de Herri Batasuna iba encabezado por una pancarta con la inscripción: «El pueblo en lucha por la independencia y el socialismo», sostenida, entre otros, por el diputado Telesforo Monzón. Destacó la presencia en este grupo de una nutrida representación catalana, con senyeras y banderas del PSAN. Euskadiko Ezkerra, según había anunciado, participó en este segundo bloque, situándose tras Herri Batasuna.

Disuelta la manifestación en la plaza del Castillo, un grupo de unas quinientas personas iniciaron una marcha por el paseo Sarasate, en dirección a la prisión provincial, coreando consignas de apoyo a los presos de ETA. La policía intervino disolviendo a los manifestantes.

Los incidentes se reproducían al anochecer, registrándose enfrentamientos de gran violencia entre las FOP y un millar de manifestantes.

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