La estrategia del PSOE
Viendo los últimos resultados electorales que ha cosechado el PSOE, y a partir de algunos comentarios aparecidos en la «Tribuna Libre» de su diario referentes a este partido, se me ocurren algunas reflexiones respecto a la política socialista, que deberían ser tenidas en cuenta dentro de la estrategia del PSOE:- Habría que evitar una actitud política de autosuficiencia, de mirar «por encima del hombro» a otros grupos políticos más o menos afines. Sería conveniente una estrategia de alianzas y una política respecto a las nacionalidades y regiones autónomas. Si vemos que la derecha ha sido más inteligente a la hora de alianzas, sin que haya que vender el producto como un sucedáneo en la oferta electoral, sí habría que procurar ir hacia la unión socialista, por medio de federaciones u otras formas, para que una izquierda fuerte y unida pueda hacer cara a la derecha.
- También habría que evitar la «política de partido» por encima de los intereses y necesidades apremiantes de las regiones (caso de la Junta de Andalucía, que para muchos andaluces ha dado la impresión de una pelea para ver quién se hacía con los resortes del poder, en vez de buscar soluciones y gritar en Madrid nuestros acuciantes problemas).
-Si, como afirmaba Luis Solana, «en España se ha terminado el centro» y lo que hay es derecha, con todos los adjetivos que queramos ponerle, es hora ya de que también el PSOE sea y actúe como izquierda, con una clara política de oposipión, dejándose de consensos, firmas de pactos y demás rituales oportunistas propuestos por esa derecha que quiere llamarse centro y que, además, confunde a sus seguidores. Es necesario que se muestre como el partido mayoritario de la oposición, y como tal actúe.
- Otro dato a tener en cuenta es el hecho de la vinculación de muchos cristianos a los partidos de izquierda. Sí, como opina Múgica, uno de los diputados del PSOE, «el fenómeno religioso ha de servir como aliciente para que nuevos cristianos se incorporen a la tarea de construir el socialismo», es hora ya de dejar a un lado el anticlericalismo o la indiferencia de algunos líderes de este partido y asumir con realismo el hecho de que haya en sus filas y a todos los niveles «cristianos socialistas». Aunque es curioso que de cuatro diputados sacerdotes elegidos en la última convocatoria, tres lo sean del PSOE, me da la impresión de que no hay una línea clara y convincente del partido socialista mayoritario frente al fenómeno religioso.
- También sería necesaria una mayor capacidad para aglutinar las distintas fracciones que se dan en todo partido político y una mayor democracia interna que evite choques y fricciones entre las directrices centrales y las exigencias de la base.
- Necesidad de una política realista y eficaz de cara a la juventud, a los movimientos ciudadanos, de barrios, etcétera.
- Por último, no monopolizar la política del partido en la actuación parlamentaria, en detrimento de la «batalla» que hay que dar en las fábricas, en los barrios, en el campo, la universidad, etcétera; respetando la autonomía de los grupos, sin pretender someterlos al control del partido.
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