Tenis en Somontes

El jueves día 15 me desplacé en compañía de unos amigos (uno de ellos de nacionalidad americana, que fue el más sorprendido), aprovechando el tiempo de que disponemos para comer, al Complejo Deportivo de Somontes, perteneciente al patrimonio nacional, para practicar el uniformado y silencioso deporte del tenis, el día era de lo más desapacible, viento y nieve. Tras abonar el importe de la pista (200 pesetas o 250 si se reserva con anterioridad) empezamos a jugar sin despojarnos de los chandal (azul oscuro) que llevábamos, pero, como parece, el señor Ayuntamiento es más tradicionalista que todos los clubs privados, a los que sólo pueden pertenecer los económicamente bien situados, o incluso que las competiciones internacionales, en las que los que tengan televisión en color pueden ver los atuendos deportivos más dispares, y quiere que sólo practiquen tenis las personas que dispongan del patrimonio individual necesario para comprar un chandal de color blanco, amarillo claro o azul claro (los más caros, por supuesto, del mercado), es decir, dando las máximas facilidades siempre para la difusión del deporte.Como había una serie de pobres y desobedientes señores con ropas oscuras, mediante unos potentes altavoces soltaban decibelios para recordar amable, pero insistentemente, la necesidad de llevar el atuendo reglamentario (¿por quién y desde cuándo se ha hecho ese reglamento?). Todo esto en un deporte en el que lo que más se oye por los altavoces es al juez árbitro diciendo: «Silencio, por favor».

Manuel Santos,

Fermín Caballero

y Enrique Saiz