Otro abuso de la Telefónica

Quisiera denunciar a través de su periódico un hecho protagonizado por la Compañía Telefónica Nacional de España. El pasado día 16 de marzo (según la fecha del matasellos) recibí en mi domicilio una carta, firmada por el delegado provincial, en la que me comunicaban que, tras una exhaustiva revisión del equipo telefónico y el circuito contador de mi teléfono, consideraban correcta una factura correspondiente a los meses de mayo . y junio de 1977, por importe de 10.900 pesetas. La reclamación por este cargo la efectué al recibir el cargo, en junio de 1977, y, según la carta de contestación, la Telefónica ha tardado año y medio en comprobar el funcionamiento de mi teléfono. La carta del delegado provincial lleva fecha de 21 de diciembre de 1978, aunque, como digo, la recibí el día 16 de marzo pasado. Tres días antes de recibir esta carta me fue cortado el teléfono por impago de aquellos recibos. Yo me negué entonces a pagarlos porque los recibos que habitualmente pago, desde hace dos años, ascienden, en el caso más extremo, a 4.182 pesetas, aunque lo habitual son 1.500 o 2.000 pesetas. Es absolutamente imposible que en mi casa se haya gastado eso, ya que somos conscientes de nuestras limitaciones económicas y utilizamos el teléfono sólo para hablar de cuando en cuando con la familia. La Telefónica no sólo considera normal hacerme pagar una cantidad de llamadas que no he hecho, sino que corta el suministro tres días antes de notificarme su decisión de cobrar ese recibo. En otras ocasiones he recibido facturas que me parecían exageradas, como la mencionada de 4.182 pesetas, aunque entonces no protesté. En esta ocasión, sin embargo, se han pasado de la raya.