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El Instituto Nacional de Industria asumirá la desprivatización de los grandes astilleros

El Instituto Nacional de Industria (INI) pasará a ostentar el cien por cien de los grandes astilleros nacionales en los próximos meses, a partir de los cambios programados en la estructura de capital de Astilleros Españoles y Astano, empresas en las que ya participa el holding estatal. La tercera empresa dedicada a la construcción de grandes buques, Bazán, es ya propiedad del Instituto, y pasará a centrar su actividad en los contratos de la Armada, a partir de una ampliación de su capital, igualmente programada. En conjunto, el INI invertirá 13.600 millones de pesetas en reforzar la estructura de capital del sector de la construcción naval. Antes del próximo 31 de marzo, el Ministerio de Industria deberá proponer al Gobierno un plan de reestructuración sectorial, para asegurar su viabilidad. El conjunto de acciones proyectadas supone, de hecho, la estatalización de la construcción naval en España.

La primera operación cronológica está previsto que se inicie el próximo día 5 de abril. Para ese día se ha convocado la junta general de Astilleros Españoles, con objeto de aprobar las cuentas del pasado ejercicio, cuyas pérdidas estimadas se sitúan en torno a los 8.000 millones de pesetas. Este déficit de explotación, unido a los registrados en años anteriores (1.955 millones en 1977), ha provocado la pérdida de las reservas acumuladas (5.265 millones) y del capital social, fijado hasta ahora en 5.402 millones de pesetas. La estructura de capital de la empresa estaba repartida entre el INI (50 %), los bancos Urquijo (10, 1 %), Hispano (6,17 %), Bilbao (1, 36 %) y Confederación Española de Cajas de Ahorros (2,14 %), quedando el restante en manos de pequeños accionistas privados.La propuesta que el consejo de administración de Astilleros Españoles presentará a la junta general plantea la reducción a cero del capital social y su posterior ampliación hasta 6.500 millones de pesetas, de los que 6.300 millones están garantizados por el INI y el resto quedará a merced de la decisión que adopten los accionistas privados. Al parecer, ninguno de éstos está decidido a ejercer su derecho de suscripción, por lo que el capital sólo quedaría ampliado hasta los referidos 6.300 millones, y el INI pasaría a controlar el cien por cien de la sociedad.

Astilleros Españoles posee en estos momentos una plantilla de 19.676 trabajadores, concentrados en las instalaciones de la bahía de Cádiz, en Sevilla y en la ría de Bilbao. El origen de la empresa se remonta a 1969, cuando el entonces ministro de Industria, José María López de Letona, y el director general de Industrias Siderometalúrgicas y Navales, Carlos Pérez de Bricio, ordenaron la entrada del INI en un proyecto de fusión de tres impresas de construcción naval. El proceso de concentración apareció entonces como medida básica para garantizar la competitividad del sector a nivel internacional. Inmediatamente se acometieron grandes proyectos de inversión, como la grada de Puerto Real, en Cádiz, para construir buques de hasta un millón de toneladas, que quedaron obsoletas con el desencadenamiento de la crisis mundial del sector. Desde entonces, la empresa arrastra importantes defectos de estructura, derivados especialmente de la superposición de las primitivas de cada una de las sociedades fusionadas. Frente a un capital social de 5.402 millones de pesetas, Astilleros Españoles debe afrontar unas deudas financieras a medio y largo plazo de más de 50.000 millones de pesetas. Su cartera actual de pedidos alcanza los 32.000 millones de pesetas, pero su realización tropieza con importantes dificultades, derivadas sobre todo de la negativa de los bancos a financiar a los armadores, a los que acusan de falta de solvencia. Curiosamente, las empresas de armadores se encuentran fuertemente participadas por el sector bancario desde hace varios años.

Una operación prácticamente similar está prevista para la entrada al cien por cien del INI en Astano (Astilleros y Talleres del Noroeste), cuyas instalaciones se encuentran concentradas en la bahía del Ferrol. La junta general de Astano está, en principio, prevista para el próximo 21 de mayo, pero la dificil situación de la empresa pudiera aconsejar adelantar la fecha de convocatoria, según señalaron a EL PAIS fuentes del sector.

El capital de Astano es actualmente de 2.000 millones de pesetas, y sus reservas son prácticamente inexistentes. El volumen estimado de pérdidas en 1978 fue de 3.500 millones de pesetas, y el año precedente ascendieron a 570 millones. La -propuesta del consejo a la junta general de accionistas (INI, 60 %, y grupo Banco Pastor, 40 %) es también la de reducir a cero el capital y posteriormente ampliarlo a 3.500 millones, que serían suscritos totalmente por el Instituto Nacional de Industria, que, por tanto, pasaría también a ostentar el control absoluto de la sociedad.

La entrada del INI en Astano se produjo en 1972, a partir de las dificultades de la empresa, propiedad hasta entonces del grupo del Banco Pastor. Las dificultades de Astano se produjeron -según opinión unánime de los expertos del sector- a partir de una deficiente planificación industrial y comercial, y se agravaron por su deficiente estructura de costes, que provocó una pérdida de competitividad prácticamente insostenible.

La situación de Astano, con una plantilla de 6.651 trabajadores, se considera la más grave de todo el sector de la construcción naval. Además de su deficiente estructura de costes y un nivel de endeudamiento considerablemente elevado (27.000 millones de pesetas, frente a 2.000 millones de capital), su cartera de pedidos es prácticamente inexistente. En los últimos meses, el propio INI ha encargado a Astano la construcción de un bulkarrier con destino a Elcano, empresa en la que también es mayoritario el Instituto, y de una plataforma petrolífera semisumergible, apta para prospección en aguas profundas, que podría destinarse a Hispanoil, igualmente propiedad del holding estatal.

Ampliación en Bazán

En la tercera empresa de construcción naval en la que participa el Instituto, la Empresa Nacional Bazán, se proyecta efectuar una ampliación de capital de 3.800 millones de pesetas; 2.000 en capital efectivo y otros 1.800 a partir de la incorporación de un dique que, hasta el momento, figuraba como activo patrimonial del INI. La suscripción de esta. ampliación correrá íntegramente a cargo del INI, por cuanto es ya en estos momentos socio único de la empresa.

Tras la previsible aprobación de la ampliación señalada, en la junta general convocada para el próximo 20 de abril, la actividad de Bazán pudiera quedar esencialmente concentrada en la ejecución de los contratos de la Armada española y otros de exportación de buques de guerra. Hasta ahora, Bazán se ha dedicado también a la construcción de buques mercantes, pero las líneas directrices del plan que está estudiando en estos momentos el Ministerio de Industria y la filosofía del propio Instituto prevén la especialización total de la empresa en los proyectos militares.

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