El Madrid, obligado a ganar al Emerson para ser finalista
Mañana, a las ocho menos cuarto de la tarde, en el Pabellón, Real Madrid y Emerson disputarán un partido decisivo, último de la fase final de la Copa de Europa, en el que se decidirá si el actual campeón continental, el Madrid, juega o no la final de la XXII edición el día 5 de abril en Grenoble. De las veintiuna hasta ahora celebradas, el conjunto blanco fue el único que ganó seis títulos y estuvo presente en once finales. Por otro lado, tan sólo en tres ocasiones perdió el equipo madridista en su cancha en esta competición. Esto, unido a la probable baja de Meneghin, que viaja con el equipo, hace que el Madrid sea favorito-en el trascendental choque. El Real Madrid tiene la importantísima baja de Juan Antonio Corbalán, pero aun así hay que decir que el equipo de Lolo Sainz es muy difícil de batir en el Pabellón. Al margen de lo ya señalado, se puede apuntar que, por ejemplo, en la Liga sólo perdió un encuentro. Fue frente al desaparecido Kas, de Lester Lane (59-6 l), y porque en aquella ocasión Pedro Ferrándiz dejó en el banquillo a los Emiliano, Aiken, Luyk, Brabender y Nava, alineando a Guardiola (7) Cristóbal (14), Cabrera (3), Paniagua (6), Sevillario (3) y J. R. Ramos (16). El motivo no era otro que el que cinco días después disputaba la final de la Copa de Europa en Barcelona al TS.S.K.A., de Moscú, con quien perdería, después de dos prórrogas, por 99-103. La tradición, pues, juega claramente a favor de los blancos, casi inexpugnables en su cancha.
El Emerson -que aun perdiendo podría jugar la final en el caso de que el Olympiakos ganase al Bosna- vendrá a jugárselo todo y a intentar lo que parece imposible: vencer al Madrid en el Pabellón, en un partido decisivo para los blancos, que sólo tienen la opción del triunfo para estar en Grenoble. Los Morse, Yelverton y compañía tienen la palabra. Pese a la televisión, habrá un lleno sin precedentes en el Pabellón.
Partizan, campeón de la Copa Korac
Por segunda vez consecutiva, el Partizan de Belgrado se adjudicó la Copa Korac al vencer en la final al Arrigoni de Rieti, por 108-981. El conjunto italiano logró llegar al descanso con empate a 54 puntos. El partido fue arbitrado con acierto por el soviético Davidov y el francés Menini. Más de 5.00ó espectadores se dieron cita en el pabellón Pionir, de la capital yugoslava.
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