Los Reyes, en la Escuela de Reactores de Talavera

Los Reyes de España presidieron ayer en la base aérea de Talavera la Real (Badajoz) los actos conmemorativos del veinticinco aniversario de la creación de la Escuela de Reactores, por la que han pasado, desde el 24 de marzo de 1954, 1.707 alumnos y se han realizado desde entonces más de 140.000 horas de vuelo.Procedentes de Madrid, a las 10.45 de la mañana los Reyes llegaron en helicóptero a la base, donde fueron recibidos por el teniente general jefe del Estado Mayor del Aire, Alfaro Arregui; el vicario general castrense, monseñor Benavent, el teniente general jefe del Mando de Personal y otros altos mandos del arma y autoridades civiles y militares.

Tras escuchar desde un pódium el himno nacional, el Rey, que vestía uniforme de capitán general del Aire, revistó las tropas que rendían honores; desde un sitial, junto a su esposa, siguió la misa concelebrada por el vicario general castrense y antiguos capellanes de la escuela. Al término de la misa pronunció un discurso el teniente general jefe del Estado. Mayor del Aire, que hizo una valoración de lo que la Escuela de Reactores ha aportado en estos veinticinco años en la equiparación de los pilotos españoles a los que tienen los mejores ejércitos del mundo. Terminó ofreciendo al Rey el testimonio de la seguridad sobre los cielos de España, garantizada por la lealtad que la Escuela de Reactores de Talavera ha inculcado a sus pilotos.

A continuación fue el coronel director de la escuela, Felipe Sequeiros Borés, quien tomó la palabra para hacer una pequeña historia de la escuela, que ha pasado por difíciles pero interesantes momentos, compensados por la satisfacción de haber preparado en estos años a 1.707 alumnos y graduado a 1.558 y de que en 140.000 horas de vuelo sólo se han producido siete víctimas, hacia las que tuvo palabras de emocionado recuerdo.

Posteriormente los Reyes y autoridades se situaron en una tribuna y presenciaron el desfile de las tropas. Una vez terminado, los Reyes se trasladaron hasta el monumento conmemorativo de estos veinticinco años, construido con un avión T-33, primero que se utilizó en la escuela.