El futuro del voto útil
«Poco quiero hablar del pasado y tan sólo para plantearme el futuro de la derecha en España. El gran triunfador del 1 de marzo ha sido el voto útil y la gran perdedora, la derecha desunida. Lamento haber acertado en mi vaticinio, en el que fundamos la no participación electoral mía y de mi partido. de que la división de la derecha conducía a que los que no quisieron luchar juntos se hundieran juntos. Los que tuvieron más votos, Coalición Democrática, perdieron casi la mitad de los escaños que Alianza Popular tuvo en 1977. y conjuntamente, Coalición y Unión Nacional no llegaron a los dos tercios de los que Alianza tuvo en las pasadas elecciones. con un número en conjunto de votos, parecido al de entonces. Ese fue el fruto de la desunión que. además, provocó la fuerza del voto útil para la UCD. Porque el efecto de aquélla ha sido que ante la perplejidad y el mal humor que levantó, el votante se desplazó hacia el centro, «para no tirar el voto», para conseguir lo que estaba más al alcance del elector: que no ganasen los socialistas, consideración que era su única asidero ante el delirante planteamiento del fraccionamiento derechista ( ... ).Por otra parte, no se debe incidir en el error de querer hacer un centro-derecha a costa de UCD. En política no hay patentes. Si el inventor se queda sin desarrollar ni explotar el invento, no hay que empecinarse en evitar que otros lo hagan, porque no constituye un derecho de propiedad: es necesario aceptarlo hasta deportivamente y ver con claridad cuál es el interés de España y la situación real del mercado político. Afirmo que la derecha ganará sus votos siendo derecha porque está demostrado que su erccimiento no se encuentra en el rapto de los votos del centro sino en la afirmación de su identidad que le granjeará la adhesión, por su coherencia la claridad de una buena parte del "voto útil" si llega a merecerlo.
La formación política que preconizamos ha de reivindiar eficazmente su sentido nacional tan en entredicho en el artículo segundo de la Constitución, en el título de las nacionalidades y en la vida diaria de nuestro país. Por eso queremos recordar con firmeza y sin desmayo que en el horizonte se levantan serias amenazas para nuestra unidad nacional y que el escenarlo en que se materializarán esos riesgos ciertos va a ser el de los estatutos de autonomía el de la violencia, sinszularmente del País Vasco: el de la creciente radicalización que allí se está operando en la opinión pública por obra de una presión perfectamente orquestada que está haciendo cada día más difícil encontrar una fórmula armónica en la que la unidad nacional no desaparezca.(.. )»
9 marzo
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