Otra de Renfe
Cuando el pasado día 9 de febrero me dirigía de Valencia a Barcelona en un tren expreso que realiza ese recorrido durante la noche, aparte de las nada extrañas tres horas de retraso con que se llegó a término (casualmente era de Renfe), ocurrió un hecho que merece la pena reseñar. El revisor del susodicho tren pidió el correspondiente billete a un joven que viajaban en el compartimento contiguo al mío. Parecía que estuviese dormido, y al, no recibir respuesta, el revisor le zarandeó ligeramente para ver si despertaba. Pero, lejos de eso, lo que hizo fue desplomarse, asestándose un fuerte golpe en la cabeza, a la vista de lo cual el señor interventor, sin darle importancia, prosiguió su recorrido. Los demás viajeros empezamos a preocuparnos, y al ver que no conseguíamos que volviera en sí, reclamamos la presencia del revisor y de la pareja de la Guardia Civil. Personados en dicho compartimento, no pudieron hacer más que permanecer como simples espectadores ante las convulsiones que sufría el enfermo, mientras tres viajeros le atendíamos en la medida de nuestros escasos conocimientos. Ante su estado, se dio aviso en Nules de la llegada del enfermo a Castellón, donde, teóricamente, debía esperar una ambulancia que, naturalmente, al llegar no estaba (De Nules a Castellón se tarda media hora en tren.) Una vez en la capital de La Plana, se confió al enfermo a la Guardia Civil de la estación, que lo introdujo en un taxi, trasladándolo a la residencia sanitaria en no muy buen estado.Abstracción hecha de la ausencia de ambulancia a nuestra llegada, a lo que estamos acostumbrados, desgraciadamente, cabe preguntarse: ¿Cómo es que en un tren en el que pueden llegar a viajar más de mil personas no hay la más mínima presencia de personal sanitario? O, cuando menos, ¿cómo no hay una persona con unos mínimos conocimientos de primeros auxilios? O ya menos todavía ¿llevan botiquín estos trenes de largo recorrido? Porque por allí ni se mencionó y, según comentó una persona cualificada, no llevan ni vendas. Ayer le pasó al referido joven. Mañana me puede pasar a mí o a usted. Mientras tanto, seguiremos pagando, viajando y sufriendo ya no sólo por los retrasos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.