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Elecciones 1979

UCD negocia una votación de investidura holgada

Unión de Centro Democrático (UCD) tenía asegurada ayer la mayoría absoluta -176 votos- para la votación de investidura de Adolfo Suárez como nuevo presidente del Gobierno. La obtención de este quorum no preocupaba a los responsables de lograrlo, quienes, en cambio, se mostraban optimistas sobre la posibilidad de conseguir un margen holgado de votos, que consolidara, a nivel parlamentario, el triunfo electoral de UCD. Junto a la posibilidad de que el partido gubernamental obtenga «algunos escaños más», se baraja la necesidad que las minorías tienen de unas buenas relaciones con UCD, a la vista de la posible reforma del reglamento del Congreso que les permita constituir grupos parlamentarios.

En fuentes de UCD se aseguró a EL PAIS que la investidura «está hecha», si bien se negaron a facilitar mayores concreciones sobre la configuración de la mayoría absoluta que respaldará la candidatura de Suárez. En principio parece, sin embargo, que el apoyo de los diputados de Convergencia i Unió está asegurado, así como de la mayoría de los diputados de Coalición Democrática. No se descarta que el propio Partido Nacionalista Vasco -dos de cuyos diputados, Xabier Arzallus y Antonio Monforte, se entrevistaron ayer en Barcelona con Jordi Pujol, cara a una posible coordinación de estrategias- diera sus votos a Suárez.Más dudas existen sobre la actitud de los cinco diputados del Partido Socialista de Andalucía. En UCD consideran que no es probable que, cara al aprovechamiento de éxito electoral obtenido y a la disputa con el Partido Socialista Obrero Español por la hegemonía de la Oposición parlamentaria andaluza, el PSA entregara sus votos a Adolfo Suárez. Sobre la posición de los comunistas tampoco existía certidumbre en el partido gubernamental. Antes de ser convocadas las elecciones parecía asegurada la abstención del grupo comunista, mientras que ahora en UCD no las tienen todas consigo. En cuanto a la fecha de la investidura, aunque en principio se estudió una aceleración del proceso establecido en la Constitución, que permitiera llegar al nombramiento de Suárez antes del 3 de abril, finalmente se ha desechado el impacto favorable: que podría tener para las expectativas electorales de UCD. Los asesores gubernamentales, se han inclinado por retrasar hasta después de los comicios locales la votación de investidura, en el convencimiento de que, en vísperas de éstos, sería más difícil lograr que las fuerzas políticas que concurren a ellos, aceptaran respaldar en el Parlamento a la cabeza visible de sus contrincantes electorales en los municipios.

La reforma del Reglamento del Congreso, a fin de permitir la constitución de grupos parlamentarios a las fuerzas con menos de quince diputados o sin el 20% de los escaños en las circunscripciones en que se hubieran presentado, se convierte, por su parte, en un arma de presión para las minorías. En UCD consideran que la reforma del actual reglamento provisional ha de hacerse «por sus pasos contados», y en principio estiman que el Congreso habrá de afrontar cuestiones más urgentes.

El líder del PSA, Alejandro Rojas. anunció a EL PAIS el comienzo de las gestiones para promover tal reforma, ya que «sería injusto -declaró- que el PSA, con más votos que el PNV, no pueda formar un grupo parlamentario propio». La posición gubernamental ante los deseos de las minorias, puede resumirse en estas palabras de un alto representante de UCD; «Depende de cómo se porten.»

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