Lecciones del 1 de marzo: el alza nacionalista
«( ... ) Si los planteamientos generales no cambian sustancialmente, hay, en cambio, llamativas mutaciones sectoriales muy significativas. La fundamental de éstas es el deslizamiento de un notable porcentaje del voto izquierdista hacia planteamientos regionalistas y nacionalistas. De esta manera, los escaños obtenidos por el Partido Socialista de Andalucía, la Unión del Pueblo Canario, Herri Batasuna y el Partido Regionalista de Aragón, si bien no son indicativos de una modificación general del espectro parlamentario, sí apuntan a un cambio cualitativo dentro de las bases de la izquierda parlamentaria. No olvidemos que, añadidos a los votos -sociológicamente más moderados- del PNV y Convergencia y Unión de Cataluña, hacen un total de veintinueve escaños de signo regionalista y nacionalista en el futuro Congreso de los Diputados.El hecho es elocuente y pone sobre el tapete la cuestión de las autonomías como uno de los dos o tres problemas cruciales con que el nuevo Gobierno ha de enfrentarse, sin duda con talante nuevo y teniendo muy en cuenta el poder y el significado de este deslizamiento del electorado. Siempre, por supuesto, sin perder de vista otro dato esencial: que este alza de la izquierda nacionalista y regionalista ha ocurrido a costa de las posiciones antaño firmes del PSOE, principalmente en Andalucía y el País Vasco, donde precisamente UCD ha progresado aproximadamente en igual porcentaje que los nacionalistas. Así, el PSOE se ha visto erosionado y desplazado de regiones en las que estaba presente con holgura, a cambio de una implantación ucedista.
Esto quiere decir que, insospechadamente, el PSOE se ha gastado en su trabajo de oposición más que UCD en el poder. Extraña aberración política sólo explicable por el derroche que el PSOE ha hecho de sus caudales de autoridad política y moral, ya heredados o ya ganados. ( ... )»
3 marzo
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