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Balance de la campaña electoral

Areilza, Fraga y Osorio, a la búsqueda de escaños para gobernar con Suárez

El propósito de mostrarse como un sector del centro-derecha, dispuestos a frenar las que ellos entienden como veleidades de centro-izquierda del partido gubemamental y el objetivo final de formar Gobierno con Unión de Centro Democrático (UCD) han constituido los ejes fundamentales de la campaña de Coalición Democrática, integrada por los partidos de José María de Areilza (Acción Ciudadana Liberal), Manuel Fraga (Alianza Popular) y Alfonso Osorio (Partido Demócrata Progresista).El primer objetivo de la campaña consistió en borrar, en todo lo posible, la imagen de Alianza Popular, tras el fracaso del grupo en las elecciones del 15 de junio. Incluso las instalaciones de CD se ubicaron en la sede de Acción Ciudadana Liberal (ACL).

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A partir de este hecho, los tres fideres se distribuyeron distintos papeles. José María de Areilza asumió -primordialmente- las relaciones con los medios de información desde Madrid, aunque cada uno ha mantenido ruedas de prensa y entrevistas, y Manuel Fraga ha llevado el peso fundamental de los mítines, ya que ha intervenido en casi sesenta actos electorales, seguido, a enorme distancia, por los señores Areilza y Osorio que apenas. han llegado a la tercera parte de esa cifra.

El primer eslogan de la campaña fue «las cosas no están centradas», con lo que se sugería que el centro gobernante se había desviado de su definición. Más tarde se lanzó un segundo mensaje: «Vota centro-derecha», «La solución de centro-derecha», «Si te sientes centro-derecha», en los que incluso se difuminaba la denominación electoral de CD para primar la idea del centroderecha.

Por fin y como última novedad se potenció la imagen de Alfonso Osorio presentándolo como una especie de experto en suarismo -«Yo que fui vicepresidente del Gobierno con Adolfo Suárez puedo decir la verdad del voto útil»- para concluir que si se quiere impedir que UCD gobierne con el PSOE hay que votar CD y «para que gobierne con Coalición Democrática es necesario que esta obtenga un número suficiente de escaños como para que dicha coalición se pueda producir».

Estamos, por tanto, ante una expresa declaración de voluntad: impedir una hipotética coalición UCD-PSOE y forzar un Gobierno UCD-CD.

Voto útil y encuestas

A lo largo de la campaña, dos temas han obsesioriado a los candidatos del CD, el llamado vóto útil que propugnaba UCD en favor de sus candidaturas, y los resultados que arrojaban las distintas encuestas que se han publicado a lo largo de la campaña.

Puesto que CD arrancó con pretensiones electorales relativamente modestas: los responsables de la campaña comenzaron hablando de obtener treinta o 35 diputados, se presentaba como vital arañar al máximo los votos de UCD y evitar a toda costa la idea de que la única posibilidad para el votante de derechas, si desea evitar el avance de la izquierda, es votar las candidaturas gubernamentales.

Esta obsesión por el voto útil llevó a cometer algún desliz a candidatos de CD. Así, Luis Olarra, candidato número uno en Vizcaya, llegó a afirmar: «Antes votar PSOE que UCD», y el general Prieto, en Granada, repitió una idea parecida. Esto provocó una severa advertencia por parte de Javier Santamaría, director de la campaña, y que Alfonso Osorio, durante un coloquio en el Club -Siglo XXI, calificase de imbécil -no se habían mencionado nombres- a quién hubiese dicho tal cosa.

La segunda gran obsesión fueron las encuestas. Tanto las de la revista Cambio 16, como la de ABC, y la de EL PAIS, que sé lpublicaron muy al comienzo de la campaña ofrecían previsiones poco halagüeñas para CD. Esta previsión. negativa se conectó de modo casi automático con la perniciosa teoría del voto útil. De ahí que los hombres de CD no hayan dudado en arremeter, con todas sus energías, contra los sondeos electorales, ni ha dudado en hablar de manipulaciones, de falta de fiabilidad, de «encuestas propias» -nunca mostradas- que les aseguraban resultados mucho más prometedores. Ayer mismo, en el último acto electoral en Madrid, Gabriel Camuñas insistía: «Nuestra encuesta es la del 1 de marzo», y se refería a los muchos votos que van a obtener.

Pero anoche un alto responsable de la coalición afirmaba a EL PAIS: « Nuestras expectativas son mejores que las de las encuestas, pero peores de las que habíamos previsto.»

Dudas sobre el partido unido

Hoy, a mediodía, los tres líderes, junto con Félix Pastor Ridruejo -que ha actuado de hecho como secretario general de la coalición- se reunen a almorzar. Emplearán la jornada de reflexión para repensar sobre su propio futuro.

La idea del partido unido se contemplaba ayer mismo como problemática. Hace tiempo se admitió oficialmente que «todo depende de los resultados» y se añadía que «serán suficientes para crear un partido de centro-derecha». Ayer, esa posibilidad se contemplaba con mayor excepticismo.

El mecanismo jurídico de la coalición supone que una vez que se celebren los comicios, los partidos que la integran quedan libres para adoptar las decisiones que juzguen oportunas.

Las previsiones del partido unido se hicieron sobre la idea de que Félix Pastor, un hombre de tono conciliador que no ha participado como candidato, aunque ha colaborado activamente en la campaña, asumiese la secretaría general. Areilza ostentaría la presidencia, y Carlos Argos -un hombre del equipo de Fraga, en cabeza del grupo progresista de AP y que ha sido prácticamente apartado de la campaña de CD una de las vicepresidencias del partido.

Anoche mismo, ninguna per sona responsable de CD se atrevía a pronosticar con rigor sobre el futuro del partido unido cuya constitución se puso en marcha al mismo tiempo que se anunciaba la creación de CD.

La última decepción de CD amargó la jornada de ayer a los candidatos: la imposibilidad de aparecer en TVE el último día de campaña. «Fue una batalla política que perdimos -afirmaron a EL PAIS- y ha sido uno de los errores más graves que se han cometido. El que los electores vean sólo a Suárez y a Felipe -añadieron- puede costarnos seiscientos mil votos a nosotros.»

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