Estabilidad de los beneficios del Banco Urquijo en 1978

Para una mejora de las expectativas empresariales y, por tanto, de la inversión, es preciso «fijar un nuevo modelo de relaciones industriales, en un marco de una mayor flexibilidad laboral, así como una normalización de la acción del Gobierno tras la consulta electoral». En estos términos se manifiesta Jaime Carvajal, presidente del Banco Urquijo, en una carta remitida a los accionistas de la entidad para informarles de los resultados del banco en el pasado ejercicio, que ayer fue facilitada a la prensa en una reunión informativa celebrada en Barcelona.Los resultados del banco en 1978 pueden resumirse en los siguientes datos: Los beneficios ascienden a 3.501 millones de pesetas, cifra ligeramente superior a la del pasado año, de los cuales 2.532 millones proceden del negocio bancario, 871 de la cartera de valores y 98 de la enajenación de algunos activos. La rentabilidad neta de la cartera se sitúa en el 3,9%, cifra que, según los directivos del Banco, pone de relieve la crisis industrial y justifica, de alguna forma, la falta de inversión. Esta rentabilidad se ha alcanzado, sobre todo, merced a la salud de buen número de sociedades medias integradas en el grupo Urquijo, entre las que cabe destacar medio centenar de sociedades participadas por grupos internacionales que han sabido practicar una mejor política de contención de costes.

El reparto de los beneficios se propondrá a los accionistas de forma que se dote el fondo de autoseguro con 613 millones, se amorticen minusvalías de la cartera por valor de 979 millones, se abonen 390 millones en concepto de impuestos y se dote a las reservas con 228 millones. El beneficio repartible, vía dividendo, se fija en 1.264 millones, que suponen el 14% respecto al capital y algo más del 5% sobre recursos propios.

El presidente del Urquijo señaló que las especiales dificultades por las que atraviesa la banca industrial afectan en menor grado al Urquijo, ya que a la veteranía de las sociedades en que participa -en general, gran industria desarrollada hace varias décadas- une el hecho de que las emisiones de bonos de la entidad no han sido demasiado cuantiosas ni su calendario de vencimientos es agobiante. Destacó que el banco tiene vocación industrial, que seguirá manteniendo y desarrollando.

El señor Carvajal estimó como muy poco probable que se produzca un descenso de los tipos de interés del crédito a corto plazo, sobre todo si se mantiene una política monetaria de carácter restrictivo con objeto de frenar la inflación. En cuanto a la situación de algunas de las grandes empresas en las que el Urquijo participa, en general de forma minoritaria (SEAT, Explosivos, Aragonesas, Galerías ... ), indicó que sus dificultades son conocidas, aunque en todos los casos hay futuro. En SEAT, dijo, se estudia una ampliación a la que concurrirán, posiblemente, todos los socios, para reestructurar la sociedad. Se prevé una cierta movilidad de la plantilla, pero no una reducción de la misma. Como sectores con rentabilidad clara en estos momentos se señalaron entre otros los de cemento, eléctricas, cristalería, monopolios.

Con respecto a la rinanciación de partidos políticos, el presidente del Urquijo señaló que en el banco se habían aplicado criterios técnicos y profesionales, que suponen facilitar financiación a los grupos parlamentarios que lo han pedido y que, según todos los pronósticos, son PSOE y UCD. Estos créditos se han hecho a plazo inferior a un año y a los tipos de interés legales.

La presentación de los resultados en Barcelona se ha hecho coincidiendo con la toma de posesión del nuevo director del banco en Cataluña, puesto que ocupa Emilio Gilolmo, que ha vuelto al Urquijo después de permanecer un año en la dirección general del Banco Hipotecario.